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A pesar de su enfermedad, Mario López siempre ha conservado su pasión por nadar.

"Si algo te gusta, nada puede frenarte"

A la espera de su tercer transplante de riñón y tras un derrame cerebral, el estradense Mario López logró terminar el Campeonato Gallego de Aguas Abiertas en Pontillón

Mario López agradece emocionado la posibilidad de contar su historia. A sus 42 años, el estradense ha pasado la mayor parte de su vida luchando contra la enfermedad, esa que hace que sus propios anticuerpos ataquen su riñón como una amenaza externa. Esa lucha se prolonga ya desde hace 25 años, tiempo suficiente para crear una coraza que le permite hablar con nitidez sobre todo lo que ha pasado. Sin embargo, en esa carrera de larga distancia por sobrevivir, Mario López ha sido capaz de encontrar un punto de luz y, especialmente, de ilusión. A la espera de su tercer transplante de riñón y en tratamiento de diálisis el estradense vivió el pasado domingo lo que define como "un día muy importante en mi vida" y todo gracias a la natación.

A Mario López siempre le gustó nadar. "Algunos de los recuerdos más bonitos de mi vida están relacionados con el agua y con nadar. Fue algo que siempre me relajó y que me hace sentir bien", explica. Esa pasión explica por ejemplo que fuese el socio número 11 de la piscina climatizada de A Estrada o que aceptase hace cinco años el ofrecimiento de Álex Porto para formar parte del Club Natación y Salvamento A Estrada para incorporarse a su sección máster. El estradense sin embargo nunca se llegó a estrenarse en competición con el equipo. Poco después, con 36 años, sufrió un derrame cerebral. Era un duro episodio más de una vida que estuvo siempre marcada por la enfermedad.

A los 17 años, Mario López tuvo que someterse a su primer transplante de riñón. A partir de ahí, sabía lo que venía. Con su necropatía, cada riñón suele durar unos doce años antes de ser necesario otro transplante. A pesar del tratamiento de hemodiálisis -que tenía que hacer en el hospital-, su riñón aguantó hasta los 30 años, cuando tuvo que hacer su segundo transplante. De nuevo en tratamiento llegaría el derrame cerebral, que logró superar. Ahora, el estradense aguarda en lista de espera por el que será ya su tercer transplante, mientras se somete a sesiones diarias de diálisis.

En todo este tiempo y a pesar de haber vivido momentos muy duros, hubo algo que siempre acompañó al estradense, la natación. A pesar de no encontrarse al cien por cien, Mario López recuerda que, quitando el obligado parón tras el derrame, nunca dejó de nada. "Nadar es la mejor medicina para mí. Físicamente me ayuda mucho. Incluso en momentos de anemia o cuando me comenzó a fallar el riñón, yo seguía nadando. Había muchos días que salía del agua hecho polvo y otros en los que no me apetecía hacer nada pero yo seguía nadando". Para poder hacerlo, Mario López cuenta con un dispositivo especial para evitar que el agua le entre en el catéter que tiene en la espalda. El agua es portadora de gérmenes, por lo que estar en contacto con el catéter podría provocarles una infección muy peligrosa.

Su relación con la natación dio sin embargo un paso más hace un año. Tras hablar con el capitán del equipo Máster del CNS A Estrada, Miguel Fins, el nadador tomó una decisión inesperada. "Hablé con él y me animó. Lo que más me gusta de nadar son las travesías por mar y podía intentar hacer alguna con ellos, así que me metí de nuevo en el club. Estoy con diálisis diez horas al día y físicamente no estoy bien porque tengo algo de anemia pero me hacía mucha ilusión".

Mario López entrenó y se preparó para las travesías de Mera, A Coruña y Nigrán, pero en algunos casos su estado físico y en otros el coronavirus le impidieron debutar. Ese estreno llegó el pasado domingo, en el Campeonato Gallego de Aguas Abiertas en Pontillón. "Esta vez los médicos me dejaron participar. Fue un día muy importante en mi vida. Poder competir después de todo lo que pasé fue increíble, y además no quedé de último".

"Espero que esto sea el principio de una larga trayectoria", bromea. "Si hay algo que te gusta, nada puede frenarte, y menos una enfermedad. Hay veces en que lo importante no es lograr una medalla de oro, sino poder estar ahí. Los sueños se terminan haciendo realidad con esfuerzo y voluntad".

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