Los bomberos del parque intercomarcal con sede en Silleda rindieron ayer un homenaje a Bruno García Mallo, sargento jefe del parque de bomberos de Arzúa fallecido anteayer tras regresar de un servicio de desinfección en la cárcel de Teixeiro. Los bomberos dezanos hicieron sonar sus sirenas en recuerdo de su compañero de profesión, que no pudo superar un infarto de miocardio. Hubo idénticos tributos en diversos parques de Galicia. El fallecimiento causó polémica porque efectivos antiincendios aseguran que hay desfibriladores que debían entregarse a los vehículos de bomberos y continúan guardados desde hace meses.