La naturaleza brinda sus propios espectáculos. La suerte está en que, con frecuencia, para disfrutarlos no es preciso ir demasiado lejos. Basta con saber encontrarlos. En A Estrada las plantaciones de manzanos, en el esplendor de su floración, ofrecen estos días toda una explosión para los sentidos. De ella pudieron disfrutar los participantes en las dos primeras convocatorias -de las tres fijadas este año- de la Ruta das Maceiras en Flor, una apuesta de la Diputación de Pontevedra que alcanza su segunda edición y que busca aprovechar el potencial turístico de este espectáculo natural, famoso ya para otros frutales como los cerezos del Valle del Jerte.

La presidenta de la institución provincial, Carmela Silva, se sumó a las 25 personas que realizaron el recorrido matinal de ayer para contemplar la floración de los manzanos y conocer el trabajo que se realiza en las sidrerías locales. En las instalaciones de Lagar de Ribela, la presidenta pontevedresa subrayó la necesidad de "apostar por potenciar un turismo ligado a nuestros valores naturales, y la producción de manzana y la elaboración de sidra natural son una muestra clara de estos productores y productoras que con el cooperativismo logran poner nuestros productos en muchas partes del mundo". Silva puso el acento en su convicción de que hay que poner el valor el rural con el turismo de interior. "Tiene enormes potencialidades por las que hay que apostar. Este rural es lo que garantiza un país auténtico, diferente pero también un modo de vida y una forma de pensar el futuro".

En las rutas programadas ayer los visitantes pudieron disfrutar también de la Sidrería Peroja, la de Torres de Moreda y una plantación en Callobre.

En total fueron 75 las plazas ofertadas en esta segunda edición de la Ruta. A los 50 participantes de ayer se sumarán el próximo sábado 4 de mayo otras 25.