Con Rueda y Román Rodríguez -este último jugaba en casa- José Crespo no quiso pasar por alto en su comparecencia ante decenas de colaboradores de la junta directiva local la situación del municipio desde que Rafael Cuíña es alcalde. Si primero dijo que el PP fue históricamente una fuerza política hegemónica en Deza, a continuación y en cierto modo para arengar a los suyos, pidió compromiso y empeño para acabar con la "doble vara de medir" y el "espacio de progresía" que trata de imprimir a la sociedad el gobierno local. Crespo centró sus críticas en Cuíña Aparicio y a su vez en los comportamientos del regidor con la edil Eva Montoto o el miembro de Novas Xeracións Avelino Souto. En primer lugar citó el episodio de la fallida recogida de firmas falsas en O Corpiño con la edil Montoto como víctima y después aludió a los ataques del regidor a Souto en el momento que se sumó a la organización juvenil popular. "Pasó de ser un chaval modelo a hacerle trajes a medida". Tampoco pasó por alto la suplantación de la identidad de Alfonso Rueda en un supuesto intercambio de mensajes telefónicos que el vicepresidente de la Xunta había negado poco después que se produjeran.

Sobre el cuatriparito dijo que carece de proyecto como único grupo de gobierno y también por separado, pero pronto recuperó su discurso contra el mandatario para asegurar que es preciso "seguir desenmascarando la figura de Cuíña", una persona que amenaza a vecinos que discrepan con él o que en esta nueva etapa hay personas que reciben amenazas por comentarios en redes sociales. Tildó al alcalde de autoritario e intransigente, mentiroso y dijo que "Lalín ya empieza a estar harto de sus frikadas", concluyó Crespo Iglesias.