Sin salir de Camanzo, hay otro bien patrimonial cuyo arreglo integral es uno de los caballos de batalla del gobierno cruceño: el monasterio benedictino de San Salvador. Cultura incoó la declaración de este complejo religioso como Bien de Interés Cultural (BIC) en 1981, y la última actuación que se realizó en el mismo fue en 2012, a través de una inversión de casi 135.400 euros de la Dirección Xeral de Patrimonio. En esa ocasión se rehabilitaron la iglesia, la sala capitular y la sacristía. Pero una reforma integral, según los cálculos del Concello, precisaría de nada menos que 1,2 millones de euros. Otero tiene claro que el Obispado, dueño del inmueble, tiene que presionar para que se terminen todos los trámites para ser catalogado como BIC para, con ello, optar a ayudas como el 1,5% cultural.
