La semana no ha sido fácil para el Pontevedra, con muchos jugadores tocados, idas y venidas en la enfermería y la derrota contra el Peña Deportiva en el último minuto atormentando al equipo en las primeras sesiones, pero Carlos Pouso ha restado importancia a estas circunstancias y se ha centrado en el compromiso de esta tarde contra el Langreo, que los granates quieren que sea el inicio de una nueva dinámica positiva.

Sana se perderá el encuentro por sanción, al igual que Javi López y Santi Figueroa por lesión. Son las únicas bajas seguras para este fin de semana, y esto que en los últimos siete días ha llegado a haber hasta seis futbolistas en la enfermería y otros dos más trabajando con precaución. Estos dos últimos son Nacho López y Berrocal, que están totalmente recuperados de sus problemas en los isquiotibiales y de una pubalgia, respectivamente, e incluso apuntan a la titularidad esta tarde, mientras que Naveira, con un corte a la altura de la tibia, entrenó con normalidad y lo lógico es que entre en la convocatoria.

Más complicado lo tendrán los otros futbolistas tocados: Brian, con lumbalgia, podría no estar en el banquillo por descanso y le dejaría su puesto a Dadín; Campillo, aunque el resultado de la ecografía a la que se sometió fue bastante positivo, sigue con alguna pequeña molestia en el bíceps femoral, por lo que será duda hasta última hora, y Mejía, que previsiblemente entrará en la lista de convocados, depende de sus sensaciones para tener minutos sobre el verde tras superar una microrrotura en los isquiotibiales.

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Pero Carlos Pouso no pone excusas. "Siempre hay momentos en los que se juntan adversidades. Es una carrera de obstáculos y hay que centrarse en los que estén mejor. Llegamos justos de gente pero el equipo está en buena disposición", destacó el técnico vasco, que confía en que el Pontevedra mejore las sensaciones con respecto al último partido en casa, contra el Marino, en el que vio bastantes cosas que pulir a pesar del 3-0 final. El míster granate incide en la verticalidad, la profundidad, las transiciones rápidas y la presión alta como seña de identidad del Pontevedra.

Enfrente, un Langreo que el míster granate definió como "un buen equipo, armadito, sólido, defensivamente muy bien trabajado y que luego hacia delante tiene argumentos, tiene bastante velocidad en banda, tiene capacidad en medio campo para dar el ritmo adecuado, tiene gente de remate, tiene versatilidad en el ataque".