La selección polaca, con Lewandowski y compañía, tuvo ayer un plácido arranque de la fase de clasificación para la Eurocopa. Goleó por 0-7, con cuatro tantos del delantero del Bayern de Munich, a un nuevo integrante de la UEFA, Gibraltar, cuyos jugadores fueron protagonistas de un momento histórico.

El 24 de mayo de 2013, la UEFA reconocía a la Federación Gibraltareña de Fútbol como miembro de pleno derecho, con los únicos votos en contra de España y Bielorrusia. "No tenemos ni idea de lo que podían tener en contra", declaró el máximo dirigente gibraltareño, Gareth Latin, sobre la oposición bielorrusa. Eso sí, la UEFA garantizó que la selección española no se podrá enfrentar a la representante del Peñón, de soberanía británica desde 1713.

Según Latin, el 10 por ciento de la población gibraltareña (unos 30.000 habitantes) está compuesta por personas vinculadas al mundo del fútbol. Su campeonato de Liga está formado por seis equipos en Primera División y diez en Segunda, con un total de 650 licencias senior y 700 de juveniles.

La selección gibraltareña jugó su primer partido en 1923, frente al Sevilla, y llegó a empatar con el Real Madrid (2-2) en 1949. Su mayor éxito fue la victoria frente a Islas Feroe (3-0) en marzo de 2011. Aquel partido se disputó en el Victoria Stadium, con capacidad para unas 5.000 personas, que no está homologado por la UEFA. Por eso, el partido de ayer se disputó en el Algarve portugués, en Faro, a 80 kilómetros de la frontera española.

Para enfrentarse a selecciones como Alemania, Irlanda, Escocia o Georgia, el seleccionador gibraltareño, Allen Bula, cuenta con una mayoría de jugadores que compatibiizan el fútbol con profesiones tan variadas como bombero, policía o funcionario. Sólo viven del fútbol Scott Wiseman, que juega en el Preston de la Tercera División inglesa, y Liam Walker, que milita en el Bnei Yehuda de Israel tras jugar en equipos del Campo de Gibraltar.