El Celta B ganó en Murcia con la ley del mínimo esfuerzo, muy ordenado, sabiendo a lo que tenía que jugar pero sin ambición arriba. Los gallegos se llevaron los tres puntos de Nueva Condomina ante un Murcia que esta semana fichaba hasta seis jugadores con urgencia. La falta de compenetración y de forma física de los locales los condenó ante un rival más fuerte y entero y que aguantó físicamente hasta el final.

Murcianos y vigueses comenzaron a jugar con muchas imprecisiones, mientras la afición grana estaba más pendiente del palco del estadio, donde no apareció el presidente Jesús Samper, que de lo que ocurría sobre el césped. No olvidan el descenso administrativo del club pimentonero. Tras un remate en el segundo palo de Arturo, la afición comenzó a centrarse en su equipo, que había logrado encerrar al Celta B en su área. Pero los discípulos de Fredi Álvarez se defendían bien, salían a la contra con peligro y pudieron adelantarse en el marcado: Brais roba el balón a Pumar en la línea de tres cuartos y dispara alto cuando el meta Fernando se daba por vencido.

En la última jugada antes del descanso, Carrillo dispara a la media vuelta y el balón se estrella en el larguero del céltico Óscar Santiago. Carrillo tuvo otra gran ocasión pero el guardameta del Celta le ganó el mano a mano y despejó la pelota a córner. El Celta, sin embargo, se encontraba cómodo, sin pasar excesivos apuros.

El gol del triunfo visitante llegó en el minuto 64, al aprovechar un fallo en la entrega de Arturo para salir a la contra. La zaga grana no despeja el balón largo enviado por los célticos y el cuero le llega a Luis Rioja que se escora y de tiro a media altura supera a Fernando.

Borja Iglesias pudo hacer el 0-2 en el minuto 88 pero Pumar despejó a córner. El Celta cerraba así su tercer triunfo consecutivo, que le mantiene líder de Segunda B.