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fútbol sala

Las horas bajas de Judith

La jugadora del Envialia, que superó el Covid en septiembre, acabó el sábado en un hospital tras sentir que le faltaba el aire

Judith Pedreira, ayer con la mascarilla y un papel con un emoticono con gesto serio. // Iñaki Osorio

Saltando obstáculos que nadie querría saltar vive Judith Pedreira, desde el Covid-19 que superó en septiembre a la falta de aire del sábado durante el partido amistoso contra el Burela en la localidad lucense de Corvo, que acabó con la coruñesa en una ambulancia camino de un hospital. Ya recuperada de aquello, anda ahora entre médicos, pendiente de un cardiólogo, con los que dejar atrás el potro de torturas en el que está instalada.

"Cogí el Covid a principios de septiembre, al principio pensé que era una gripe muy fuerte", detalla Judith, que recuerda que "estuve pachuchilla una semana y media más o menos".

La coruñesa vive en Ourense con tres compañeras de equipo en el Ourense Envialia. De las cuatro, ella fue la única contagiada. "Yo creo que lo cogí cuando fui a hacer la matrícula en la universidad, tomé café con una compañera y poco después me llamó para decirme que había dado positivo", relata Judith, presta para iniciar Educación Social después de haber concluído Infantil. "Aunque vivamos juntas, el hecho de apenas haber estado en contacto con ellas hizo que ellas no lo cogiesen, yo recuerdo que me encerré en una habitación, tenía que seguir el protocolo", refiere.

Pasan los días y Judith se incorpora a los entrenamientos, aunque fuera del grupo. "Empecé un viernes de final de mes, no sé ahora (el 25 de septiembre), entrené también el sábado y toda la semana siguiente. Lo único, que no estuve con el grupo, fue más bien con el preparador físico porque tenía los isquios algo cargados. Sí notaba que después de unas carreras necesitaba descansar más que antes de coger el Coronavirus, pero tampoco fui más allá. Más que nada eso, que tardaba más en coger aire", remarca.

Llega el amistoso del sábado contra el Burela. En la segunda mitad, después de ser cambiada, Judith se acerca a la esquina, desde donde le gusta seguir los partidos cuando no está participando. "Sentí que me faltaba el aire, tal cual. Me agobié, claro, un montón. Cuando pasé la enfermedad, es verdad que me dijeron que esto me podía pasar, también que pudiera ocurrir que no me encontrase del todo bien. Me asusté, mucho. Ya en el hospital me estuvieron haciendo pruebas durante unas cuantas horas, de esfuerzo básicamente, todo salió bien. Me dijeron que era normal después de haber pasado el Covid".

El trayecto en ambulancia pudo haber dado para pensar. No fue el caso, la herculina recalca que "no pensaba en nada, solamente intentaba coger aire".

Las secuelas

"Lo estoy pasando mal, noto que algunas secuelas me han quedado. No soy capaz de coger todo el aire que querría, lo que es una bocanada completa no es posible. Anímicamente también es dificil, empiezas, paras, vuelves... En fin, que no está siendo la temporada soñada", finaliza Judith.

Mientras, sus compañeras continúan avanzando de cara al partido de este sábado frente al Poio, desde las siete y ofrecido en directo por el segundo canal de la televisión autonómica. Semifinal de la Copa Galicia, 0-0 fue el resultado en la localidad pontevedresa.

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