Llegó hasta donde llegó. El Río Ourense Termal tuteó al Bilbao hasta que la cabeza dejó de regir. Eso fue mediado el tercer cuarto, cuando los vizcaínos, que llegaron a estar diez puntos abajo, tomaron la delantera a base de triples, cinco en el tercer periodo. Remataron la faena en el definitivo, a lomos de un Lammers inédito en anotación hasta entonces pero que con tiros libres, algún que otro mate y cestitas facilonas, sumó nueve puntos que sellaron la victoria. Habrá que seguir remando.

En una muestra de respeto, el COB necesitó cinco ataques para anotar la primera canasta, con una pérdida de balón por el camino. Bilbao tampoco encontraba el aro, con lo que el susto del 2-7 inicial pronto fue apagado. 8-7 empezaron a mandar los ourensanos, con Rozitis martilleando. El segundo arreón visitante, 11-16, también fue sofocado, ahora con Gonzalo García ejerciendo de bombero con un tiempo muerto. Un triple postrero de Pepo Vidal encogió el marcador, 16-18.

Nada más volver, Watson anotó un tiro libre y Pluta puso por delante al Ourense, que se soltó los miedos. Un triple de Zamora empezó a caldear el ambiente, 26-19, 31-22 después de otra cesta de tres puntos. Fueron minutos de cielo azul, con Pepo dirigiendo, Zamora anotando y el resto partiéndose la cara atrás. Bilbao no sabía por donde le venían, parecía el momento propicio para acabar con el partido, 34-24, la máxima diferencia. Como en todo hay un pero, Rozitis se cargaba de faltas, el banco era su destino. Mumbrú ordenó apretar las clavijas en defensa, el COB ya no anotaba tan fácil. Un tiro libre de Sergio Rodríguez ponía el 37-30, recortado camino del vestuario, 37-33 en el descanso.

Decía Gonzalo García en las horas previas al partido que ante equipos como Bilbao tienes que salir a tope desde el principio, con el riesgo de llegar sin gasolina al final. Dicho y hecho. La segunda parte ya empezó rara, los ourensanos necesitaron dos minutos largos para lanzar a canasta. Con todo, un triple de Van Wijk colocó un 40-33, pero acto seguido Rozitis hacía la tercera falta. Otro triple, ahora de Ott, puso un 44-35. Hasta ahí. Uno más de Zamora fue el último estertor, porque Bilbao cerró el aro y sí encontró el acierto exterior que le estaba faltando. En un pis pas enjugó la desventaja, llegando al cuarto definitivo ya por delante, 53-54.

Poca oposición pudo oponer el Río Ourense Termal ya, fatigado y espectador de excepción de la tardía irrupción de Lammers. Siguieron pesadotes, hasta el 65-66. Fueron soltando la cuerda, los dedos empezaban a sangrar y la palada de arena definitiva la echó Cruz a falta de dos minutos y medio, 65-71.

Ahí murió un equipo despedido entre grandes aplausos por los aficionados que dio lo que tenía que dar, otra cosa es que le llegase. Como el que no se consuela es porque no quiere, a la misma hora el Melilla encajaba una sonrojante derrota ante el Prat. O sea, que esto sigue y hay mucho que pedalear.