El deporte está confinado, pero la situación de unos deportistas es más fácil que la de otros. Entre los que tienen las cosas más complicadas está el futbolista cangués Yelco Alfaya, que juega en el Bergantiños y que lleva ya más de dos semanas como positivo en Covid-19. No puede salir de su habitación, en su casa familiar del centro de la villa, lo que limita las posibilidades de mantener la forma de cara a un posible reinicio de la competición en Tercera División. "El preparador físico del equipo nos manda distintas tablas. Para los compañeros que pueden salir a un jardín o así es más fácil. Hacemos todos los días ejercicios como flexiones y abdominales y después algo de cardio. Yo en la habitación tengo una bicicleta estática y entreno al menos una hora diaria", relata.
Yelco no desarrolló los síntomas del coronavirus, así que su estado de salud es "perfecto". Sin embargo, debe evitar el contacto con el resto de su familia hasta que un test le confirme que ya es negativo. Por tiempo transcurrido es posible que haya superado el periodo de actividad del virus "pero sigo esperando a que me hagan el test. De momento están dando prioridad a las personas que tienen síntomas o que están en una situación peor de salud, y es normal. No me queda otra que seguir esperando en mi habitación", relata.
El futbolista cangués, que la pasada temporada jugó en el Alondras, se contagió en la disputa de la Copa de la Regiones de la UEFA celebra de Las Rozas (Madrid), en donde se proclamó campeón de la fase española con la selección gallega. "Lo que vino después fue duro, pero ser campeón de España fue algo muy importante", reflexiona tras haber experimentado los riesgos de aquel viaje.
