El Alondras visita este mediodía al Fabril (12.00 horas en la ciudad deportiva de Abegondo). Se trata de la cuarta jornada de la temporada y el conjunto cangués sigue sufriendo un comienzo muy duro, que le llevó ya a enfrentarse al Compostela, el Barco y a perder, la semana pasada por 0-1 ante el Bergantiños. Ahora, el filial deportivista será el cuarto candidato al ascenso de categoría que se mida al Alondras.

Los rojiblancos llegan a A Coruña con tres puntos en su casillero y el entrenador, Pereira, reconoce que la plantilla quedó dolida por perder ante el Bergantiños "en el último minuto, cuando ya veíamos un punto ganado". Jesús Varela y Javi, ambos por lesión, son las únicas bajas en la convocatoria alondrista. Aunque la semana de entrenamientos se vio mermada por la evolución de Mauro, Arnosi y Abel, que acabaron tocados el duelo ante el Bergantiños y hasta el jueves no se pudieron reincorporar plenamente a los entrenamientos con el resto del grupo.

El filial del Deportivo, por su parte, cuenta con 5 puntos en su casillero. Pero todavía no perdió un partido -una victoria y dos empates- y lo más curioso es que sigue sin encajar ningún tanto en contra desde el inicio de la temporada.

Pereira advierte de la calidad del Fabril. "Sobre todo en su campo son muy peligrosos. Tienen hasta ocho jugadores que entrenan con la primera plantilla de Segunda División. Destacan, sobre todo, por imprimir un ritmo de juego altísimo desde el primer minuto de partido. Son un equipo muy vertical, agresivo y profundo", indica. Añade que el Fabril maneja todos los registros del juego "pues son buenos a balón parado, en estilo directo y combinativo" y recuerda que ante el Polvorín pudieron ganar incluso de más goles.

Ante la envergadura del rival, Pereira explica que preparan el choque para contrarrestar estas fortalezas. "Jugaremos nuestras bazas y la plantilla debe saber que tiene que pelear mucho para sacar algo positivo. Están ante un escenario grande y espero que eso motive a nuestros jugadores". Puntuar en A Coruña sería un punto de inflexión en el arranque de temporada del Alondras.