"Esto nos sirve para volver a cargar pilar todos para continuar. Días como el de ayer [por el domingo] hacen falta para reforzarnos y preparar otro proyecto a pesar de las adversidades". Esta es la principal lectura que Luis Guimeráns, presidente del Alondras, realiza de la temporada de su equipo y, concretamente de la eliminación a manos del Langreo tras haber forzado la prórroga en Ganzábal. Eso a pesar de la evidente decepción y de la tristeza que todavía arrastra. "El fútbol es así, pero tocamos el pase con las manos. Si nos pitan el penalti a Álex Rey, justo antes del que les señalan a ellos... Después de todo el esfuerzo de jugadores y entrenador, caer así... Es una pena", admite. Pero la amargura se torna pronto en orgullo por el partido de los suyos en Asturias y por la despedida que les brindó la afición local. "Al final su público nos despidió en pie aplaudiendo... Se nos pusieron los pelos de punta", rememora.

El dirigente cangués no tiene dudas a la hora de calificar la campaña de los suyos con "un diez. Un equipo nuevo, con entrenador nuevo, jugadores nuevos, etcétera y hemos completado un año excepcional". Por encima de lo deportivo quedan las sensaciones, el haber resucitado la ilusión en un club que en los últimos años no había acabado de encontrar la tecla. "Esto ha sido un espaldarazo para todos", admite Guimeráns, que añade que "todos trabajamos para poder conseguir un día el ascenso a la Segunda División B. Somos conscientes de que es muy complicado con el presupuesto que manejamos, pero lo intentaremos".

Con el listón tan alto, el presidente del club rojiblanco asume que habrá que recomponer el equipo porque las ofertas por sus futbolistas más cotizados comienzan a llegar. "Sabemos que nos van a deshacer el equipo otra vez", apunta con resignación. La prioridad es renovar a Antonio Fernández, que cuenta con una propuesta encima de la mesa desde hace quince días. "Suponemos que tendrá ofertas de equipos importantes, pero sabemos que no se irá por dinero. Si lo hace, será por un proyecto más ambicioso", dice. En una semana el preparador debería contestar a la propuesta canguesa. A partir de ahí se comenzaría a hablar con la plantilla para intentar mantener al bloque. Las dificultades son máximas en algunos casos, con hombres ya cotizados en Tercera y otros que se han revalorizado de forma considerable. Una nueva aventura comienza ahora para el Alondras.