Ninguno de los rivales a los que se enfrentó el pasado domingo tenían ni idea de todo lo que José Manuel Sánchez Rey había pasado para llegar hasta allí. A sus 67 años, el coruñés afincado en A Estrada lanzó esa bola de cinco kilos lo más lejos que le permitieron sus fuerzas. Todavía le falta técnica pero puso el corazón necesario para terminar logrando una medalla de plata que tenía un sabor especial. Tras meses de rehabilitación, dolor y trabajo incansable, José Manuel había logrado subirse al podio de un Campeonato Gallego de Veteranos en la categoría de 65 a 70 kilos. Al día siguiente, su cardióloga en el hospital le pedía una foto con su medalla. Servirá a partir de ahora como un ejemplo para otras personas que tengan que enfrentarse al mismo reto que el estradense.
Este emotivo final tiene detrás una historia que arrancó a comienzos del año 2017, cuando José Manuel Sánchez Rey se dio cuenta de que algo no iba bien. Tras pasar por una clínica privada acabó en el hospital, en donde le diagnosticaron un colapso orgánico generalizado. Todos sus órganos estaban dejando de funcionar por culpa de un problema cardíaco. La primera medida de los doctores fue meter al estradense en un coma inducido para evitarle el dolor por el que tendría que pasar a partir de ahí. Había sin embargo pocas esperanzas en un caso tan grave. Casi cuatro meses después José Manuel volvió a despertar. Lo hizo con una amplia cicatriz en el pecho. Allí latía un nuevo corazón que le habían transplantado. Todo había salido bien, aunque las sensaciones del estradense no eran buenas.
"Recuerdo que cuando abrí los ojos no me daba movido. Lo primero que pensé es que estaba vivo pero que me había quedado sin poder moverme para el resto de mi vida". Pero no fue así. José Manuel Sánchez había perdido el 60% de su masa muscular, por lo que necesitó meses de rehabilitación para finalmente conseguir moverse con muletas. "Tenía pie equino, así que no podía apoyar bien los pies. Los nervios de mis piernas, especialmente la zona de los gemelos, estaba dañados".
Lo que, superados los 65 años, podría haber sido un freno para un hombre al que el dolor y la medicación acompañarán el resto de su vida, terminó siendo un reto personal. Para ello encontró el apoyo que necesitaba en el entrenador personal Guillermo Martínez, del Absolute Centro Wellness de A Estrada. Entre ambos surgió una amistad y un entendimiento que fue clave en una rehabilitación que duró meses, pero que ayudó a José Manuel a una recuperación física sorprendente. Tanto fue así que el estradense decidió dar un paso más, marcándose el reto de participar en el Campeonato Gallego de Veteranos al aire libre que tuvo lugar el pasado domingo.
A lo largo de su vida había practicado mucho deporte, pero principalmente ciclismo. Sus tiempos sin embargo sobre una bici se habían acabado. El atletismo sin embargo le abría una oportunidad, decantándose por el lanzamiento de peso. Solo tuvieron mes y medio pero finalmente logró su objetivo de lucir la camiseta del Club Atletismo Independiente (CAI) de A Estrada en el campeonato autonómico celebrado en Bastiagueiro.
En este tiempo José Manuel Sánchez y Guillermo Martínez habían trabajado mucho la fuerza de su tren superior, aunque todavía iba "justo" en cuanto a técnica. "Es más difícil de lo que parece porque hay muchas normas que tienes que cumplir", explicó. Su historia terminó con el final deseado, aunque el estradense ya avisa de que esto no se para aquí. Su próximo objetivo, el Campeonato Gallego de pista cubierta a comienzos de 2020.
