Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

multideporte

Ante la temporada más incierta

Deportes como baloncesto, fútbol o rugby no saben cuándo ni cómo podrán empezar

El deporte base está ahora mismo en un estado de incertidumbre absoluto. // I. Abella

Ahora que las ligas profesionales han demostrado que pueden volver a competir y a entrenar en base a un estricto protocolo de actuación a consecuencia del covid, todavía queda todo por resolver en lo que respecta a la dinámica de todo lo que no supone élite, especialmente en los deportes colectivos.

Muchos son los clubes que todavía no pueden establecer una hoja de ruta respecto a como reactivarse en cuanto al desarrollo de su actividad. El rugby, el fútbol, el baloncesto o el balonmano siguen a la espera de que se establezca una normativa para los deportes de contacto cuando nos referimos a categorías de formación y sénior no profesionales.

Hasta ahora ningún club de los consultados sabe cómo va a poder llevar a cabo sus entrenamientos. Cabe señalar que en los primeros días de agosto, prácticamente todos los clubes ya suelen haber empezado la preparación de sus respectivas temporadas. En este 2020 nadie sabe cómo y cuándo podrá hacer rodar el balón.

Algunos clubes están perfilando un inicio de trabajo enfocado prácticamente en su totalidad a la mejora individual, pero más como una manera de anticiparse a lo que puede ser una vuelta lógica a los entrenamientos que por seguir una línea que aún no está marcada en ningún caso.

Lejos de disponer de las posibilidades económicas de los clubes profesionales, la opción de someterse a todas las pruebas necesarias para crear una burbuja anti-covid es una utopía. Más aún en las categorías base, donde es imposible el aislamiento de los padres y de los familiares que son indispensables en los desplazamientos a entrenamientos y partidos.

Tampoco se dispone en estructuras de la comarca de auxiliares que realicen labores de desinfección del material de entrenamiento o que incluso atiendan a la limpieza de los vestuarios que, como cada día durante los diez meses de temporada, son compartidos por decenas de personas. De ahí que la opción de conseguir un espacio libre de contagio se complica todavía más.

El hecho de que todas las instalaciones dependan de los ayuntamientos es otra cuestión añadida porque todavía queda por arbitrar y conciliar para establecer una línea de actuación que ayude a dar pasos hacia adelante.

De momento lo único cierto es que no se dispone de la autorización de ninguna administración para poder empezar a entrenar de manera colectiva, y menos aún de cuando se podrá fijar el inicio de las competiciones.

Compartir el artículo

stats