Susana Rodríguez firmó en Pontevedra, en su primera carrera como céltica, la marca mínima B en los 1.500 metros T11 y se acerca un poco más al sueño estar en dos deportes en los Juegos Paralímpicos de Tokio, atletismo y triatlón. En esta ocasión la acompañaba Josué Moreno, en su primera carrera como guía. “Quiero agradecer de corazón a Josué Moreno Lira, atleta de A Guarda, que esta semana sin haber sido guía nunca antes se haya animado a echarme una mano para los entrenamientos y esta competición. Lo ha hecho estupendo y además lo hemos pasado bien”, le agradecía Rodríguez en sus redes.
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Si lo importante no es llegar, sino a quién te encuentras en el camino, Susana Rodríguez Gacio puede presumir de tener su camino lleno de personas dispuestas a ayudarla y acompañarla. Tal y como hizo el pasado fin de semana el atleta de A Guarda Josué Moreno Lira, que ayudó a la paralímpica a realizar la mínima B requerida en el 1.500 y cumplir su sueño de estar en Tokio en triatlón y en atletismo.
La viguesa compitió en el Estadio da Xuventude de Pontevedra acompañada en esta ocasión por Josué Moreno, que sustituía a su guía habitual en atletismo, Celso Comesaña. Juntos cruzaron la meta de los 1.500 metros T11 en 4.56:99, superando ampliamente los 5.01:47 establecidos por el Comité Paralímpico Español como marca mínima B, con la que la viguesa opta a ocupar una de las plazas asignadas a España que no se cubran con mínimas A.
Rodríguez y Moreno no se conocían previamente, pero tenían un amigo en común, José Luis Louzao, que fue quien le propuso al guardés ayudar a Susana en la cita pontevedresa. “Me dijo que necesitaba un guía para el fin de semana porque su guía habitual estaba lesionado y se le presentaba una buena oportunidad para conseguir la mínima para Tokio. No lo dudé. Esperé a su llamada, pero ya desde ese momento era un sí porque era una oportunidad única”, indica.
Moreno fue el elegido porque “para la mínima que quería conseguir tenía que hacer un ritmo de 3:20 el kilómetro, que es un ritmo bastante exigente, por lo que necesitaba que su guía fuera una persona que tuviera ese ritmo muy trabajado, que corriera más que ella, porque corre con antifaz y tienes que ir guiándola y por eso la persona que vaya con ella tiene que ir lo más holgada posible, por lo que pueda pasar”, explica el atleta del C.A.R. Marisqueiro. “Ella está a nivel mundial y se mueve en unos ritmos bastante exigentes”, suscribe.
Al día siguiente de la conversación telefónica Moreno se presentó en Balaídos para el primer entrenamiento juntos. “La idea era tener una toma de contacto y conocernos y desde el primer momento la conexión fue buena. Somos de la misma estatura y tenemos una manera de correr bastante parecida”, indica.
Volvieron a quedar el miércoles, para hacer series. “Fue un entrenamiento mejor de lo esperado, genial, y ya le noté que estaba más confiada. Un cambio de guía en un momento tan complicado le supone un estrés, pero después de las sensaciones del miércoles estaba más tranquila”, dice el fondista. La siguiente vez que se vieron ya fue el sábado, en Pontevedra: “Quedamos un par de horas antes, tuvimos que hacernos una prueba COVID los dos porque al correr juntos, sin distancias, nos la exigían”, rememora.
Y por fin, la carrera, que salió incluso mejor de l esperado. “Me pidió tiempos de paso en cada 400, porque son tres 400 y un 300; es la manera que tiene de correr, y tal como me lo dijo, salió.”, festeja. “La noté muy suelta, algo que me hizo a mí también disfrutar de la prueba porque no iba pendiente de que a lo mejor fuera justita de fuerzas. La carrera salió redonda y las sensaciones fueron muy buenas para los dos”.
Para Josué Moreno fue también “un orgullo” haber podido ayudar a Susana Rodríguez en su objetivo. “También es una responsabilidad guiarla y estar pendiente de que no haya ningún percance, estaba un poco nervioso por eso, pero es que ella tiene mucha experiencia y en la pista se desenvuelve muy bien y no hemos tenido ningún problema. Salió redondo y ha sido una experiencia muy enriquecedora. Ha sido brutal para mí, todo era nuevo. En las facetas del día a día que pude ver, ya no solo en la pista, sino en cualquier ámbito, me ha dado otra perspectiva y una motivación extra para seguir entrenando porque la verdad es que yo también soy atleta hace unos años y siempre te da otra perspectiva verla a ella cómo se desenvuelve. Fue muy chulo”, afirma Moreno, que ha tenido la oportunidad de formar parte de esa comunidad que acompaña a Susana Rodríguez en su camino hacia Tokio.
Un hobby que se convirtió en algo inesperado
Josué Moreno empezó a practicar atletismo hace unos años. Primero como un hobby, guiado por el también atleta José Carlos Ferreira, quien le “apoyó y ayudó en todo momento”. “Pero lo que empezó como una afición se convirtió en algo que no esperábamos ni él ni yo, empezaron a salir unos entrenos buenísimos. Por mediación de Ferreira conocí al que es ahora mi entrenador, Luis Sa, y estoy entrenando fuerte, con vistas a unos ritmos fuertes y rápidos y con la intención de dar un buen pelotazo cuando esto se estabilicie un poco ”, anuncia. Josué esperará a que se retomen las carreras aquí o, de lo contrario, buscará alguna “fuera”. “El estado de forma es inmejorable. En el confinamiento estuve sin trabajar casi dos meses y conseguí una cinta para tener en casa. Me dediqué a darle una vuelta más de rosca a los entrenamientos y aprovechar que podía dormir y descansar más. Eso fue lo que me dio un plus”, dice el atleta del C.A.R. Marisqueiro. “Hay ganas de coger una carrera buena, que se dé un buen día y vaciarse. Por los entrenamientos que estoy haciendo sabemos que estamos en un nivel bastante alto y que puede salir una buena marca”, afirma el atleta, que se centra en las pruebas de fondo (5.000, 10.000 y media maratón) y que compagina sus exigentes entrenamientos con su trabajo: “Es un entreno de alto rendimiento, pero haciendo vida normal”.