El Barcelona cedió ayer los primeros puntos de la temporada ante un serio Sevilla que arañó un empate en el Camp Nou (1-1), en un partido con dos goles en los primeros diez minutos (Coutinho y Luuk de Jong) y poca claridad después.

En el partido más exigente del Barça, los de Ronald Koeman no dieron el paso al frente que se les suponía después de dos buenos partidos, dos goleadas (ante Villarreal y Celta) y la sensación de que había superado ese bache de los últimos meses que obligaron al cambio de entrenador y una profunda remodelanción de la plantilla.

Mucho tuvo que ver el equipo que tenía enfrente. El Sevilla de Julen Lopetegui es un conjunto bien armado, con las ideas claras y que había preparado muy bien el partido del Camp Nou.

Salió a morder el equipo sevillista y el Barça durante los primeros minutos dudó. En cuanto olió la sangre, el Sevilla aceleró las acciones. Dos saques de esquina en ocho minutos, una llegada de Rakitic, y dudas en los centrales, en el eje y en la salida el balón.

En el segundo saque de esquina, Luuk de Jong cazó un rechace dentro el área y batió a Neto (0-1, min. 8). Era el primer gol encajado por el Barcelona, que se había mantenido imbatido durante 188 minutos en este campeonato.

La suerte para los azulgrana es que tardaron muy poco en igualar el partido. Dos minutos después, la típica acción en diagonal de Messi sobre Alba, que despejó mal Navas y Coutinho no tuvo problemas en batir a Bounou.

Aunque la posesión del balón era para el Sevilla (40-60 en el minuto 30; 48-52 al final del primer tiempo), el dominio del juego era el Barça.

Llegaron los de Lopetegui en un par de ocasiones, especialmente mediante una combinación entre Suso y Navas y que no concretó Fernando (min. 19), pero los azulgrana crearon más acciones de gol.

Presionó arriba el equipo de Koeman, pero no encontraba balones entre líneas, ni la proyección de los laterales. Pese a ello, Griezmann (21) tuvo el 2-1 después de un pase de Ansu, que tuvo dos ocasiones para batir al meta sevillista, pero no acertó.

Antes del descanso, una acción por la izquierda de Messi estuvo a punto de desequilibrar el partido, pero la rosca no encontró la red.

En la segunda mitad, el Sevilla estuvo mejor al principio. Acertó más en los cambios Lopetegui con la entrada de En-Nesyri y Munir, que Koeman al apostar por dos jóvenes como Pedri y Trincao. La mejor ocasión del Sevilla fue un remate de Araújo sobre la meta de Neto que dio en el travesaño (min. 64).

Pero en el cuarto de hora final, el partido fue más del Barça. Entraron Pjanic por Coutinho y Dest, que debutó por lesión de Jordi Alba, y el partido cambió, aunque si no se decantó del lado azulgrana fue por el físico que penalizó a los de Koeman.

Messi, en el minuto 81, forzó a intervenir a Bounou y Frenkie de Jong se encontró con el pie de Kounde en otra gran acción en el 82. En el descuento, los azulgrana reclamaron penalti por una acción sobre Messi, que el VAR ni siquiera consideró.

Lopetegui, que vio desde la grada por sanción, se divirtió y sufrió a partes iguales en el Camp Nou, orgulloso del bloque de jugadores que van a muerte con sus ideales futbolísticos. Por primera vez, el técnico vasco puntuó en el estadio de la Ciudad Condal.

Por su parte, Koeman dio ayer a Antoine Griezmann, sustituido en Vigo tras la expulsión de Lenglet, una hora dfe juego en la que el frencés no encontró el premio a su voluntad. Ni marca ni genera desequilibrio. Alejado de la imagen de delantero referente con la que fue campeón del mundo con Francia. Griezmann debería aportar mucho más en su segundo año en el equipo pero no encuentra el camino.