Los brazos de Quintana al aire son los últimos que veremos en varias semanas. La competición se pone en cuarentena durante un tiempo. Todo se paraliza hasta que pasen los efectos del coronavirus que ha obligado a cambiar nuestra forma de vivir. Y el deporte no iba a ser menos. La carrera francesa fue la última que ha tenido cabida en un calendario que se frena de forma radical.

Nairo Quintana (Arkea Samsic) ganó en solitario la séptima etapa, de 166,5 km entre Niza y la cima de la Colmiane, y el alemán Maximilian Schachmann (Bora-Hansgrohe) defendió con éxito el maillot amarillo de líder en la París-Niza.

Quintana atacó a 3 km de la cima y se llevó la etapa con 46 segundos de ventaja sobre el belga Tiesj Benoot y 56 sobre el francés Thibaut Pinot, el colombiano Sergio Higuita y el italiano Vincenzo Nibali. Schachmann llegó dos segundos después, quinto.

Schachmann, que sólo había ganado el Tour de Alsacia 2016, se alzó con el triunfo final con 18 segundos de ventaja sobre Nenoot y 59 sobre Higuita. Sucede en el historial de la París-Niza al colombiano Egan Bernal.

La séptima etapa, en teoría penúltima, se convirtió en jornada final tras la anulación, por la epidemia de coronavirus, de la octava y última, en torno a Niza, aunque de todas formas, con cuatro puertos puntuables y final en alto, estaba llamada a decidir la carrera.

Entre las críticas de quienes reclamaban su cancelación por la epidemia, la prueba tuvo un final anticipado y extraño, sin coches de invitados ni público en las últimas rampas ni en la llegada.

En la primera rampa el belga Thomas De Gendt, experto en fugas, atacó, se quedó primero con Alaphilipe y poco después ya solo en cabeza, con una ventaja de 1:07 a 14 km de la cima.

Vincenzo Nibali, que estaba sexto en la general, a 1:18 del líder, puso a trabajar a su equipo, el Trek Segafredo, y particularmente a Richie Porte en los diez últimos kilómetros, y a 4 km saltó Nairo Quintana. El jefe del Arkea cazó rápidamente a De Gendt y se fue sin oposición en busca de la victoria de etapa. Estaba muy atrás en la general (duodécimo, a 2:38) y Schachmann, pese al ataque final del segundo clasificado, el belga Tiesj Benoot, defendió el amarillo hasta el final.