Al Coruxo le quedó un mal sabor de boca tras la conclusión del encuentro de ayer ante el Las Rozas, puesto que aunque sumaron un punto, la sensación es que perdieron dos, sobre todo por las buenas ocasiones que dispusieron Silva y Álex Ares.

Los primeros minutos de los jugadores entrenados por Michel Alonso fueron extraordinarios. El equipo estaba confiando, movían el balón con velocidad y llegaban al área rival sin excesivos problemas. De hecho, Mateo fue el primero en probar fortuna, al minuto de juego, con un disparo que salió ajustado al palo. Sin tiempo para coger aire, era Silva quien tenía otra gran oportunidad, pero se encontró con Yelko en su camino, algo que le sucedería durante todo el encuentro.

Los vigueses estaban haciendo un buen encuentro, pero los madrileños no tardaron en reaccionar. El juego se equilibraba, y el Las Rozas encontraba su sitio en el campo, con un centro del campo muy poblado que comenzó a recuperar balones. Por fortuna para los vigueses no tenían demasiada pegada ante la portería viguesa, pero la realidad es que nadie estaba tranquilo con el balón en los pies del Las Rozas. Silva volvió a disponer de otra gran jugada en el ecuador del primer periodo, pero ayer no tenía su tarde y de nuevo se volvió a encontrar con el portero visitante.

Tras el descanso, Michel Alonso recompuso la zaga, metiendo a Barril en el doble pivote, colocando a Mateo en el lateral derecho en lugar de Carlos, que había cumplido a la perfección durante los primeros cuarenta y cinco minutos de juego.

Sin embargo, el buen trabajo de los vigueses estuvo a punto de irse a pique a loa siete minutos, cuando Lucas pierde un balón que recupera Álvaro, que se encuentra con un Alberto que cubre bien la portería, evitando que el jugador madrileño aprovechara la jugada para poner a su equipo por delante en el marcador del campo de O Vao.

Los vigueses lo intentaron a balón parado con una falta en la frontal que lanzó Mateo, pero su disparo dio en la barrera. Seis minutos después el juego se tuvo que detener debido a un apagón. El campo de O Vao se quedó a oscuras y hubo que esperar veinte minutos para que el sistema se reiniciara para poder recuperar la normalidad.

A pesar del parón, el juego no decayó en intensidad. Los madrileños no rehuían el contacto cuando buscaban un balón y adelataban líneas para intentar sorprender, aunque no desperdiciaban la oportunidad de perder un poco de tiempo cuando se presentaba la ocasión.

Michel Alonso decidió darle entrada a un recuperado Álex Ares, que a los pocos minutos de haber entrado en el terreno de juego dispuso de, sin duda, la mejor ocasión del encuentro tras una magistral jugada de Mateo Míguez, obligando a Yelko a hacer una gran parada para evitar el tanto de los vigueses.

A medida que se acercaba el final del encuentro, los vigueses apretaron buscando ese tanto que le diera los tres puntos, pero los madrileños se defendían bien intentando recuperar algún balón que les permitiera salir con velocidad, pero en ese tramo del encuentro el cansancio le pasaba factura a los dos equipos, y finalmente el marcador no se movió finalizando con el resultado inicial.