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El sueño olímpico de María Bautista

La viguesa, única árbitra internacional gallega, concentra todos sus esfuerzos en el proceso de selección para los Juegos Paralímpicos de Tokio

María Bautista, en el Máis que Auga de Navia, donde ejerce como entrenadora de taekwondo. Abajo, la viguesa, con su uniforme de árbitra. // José Lores

María Bautista combina de forma magistral el Dobok con la vestimenta de árbitro. De lunes a jueves es entrenadora y el fin de semana se convierte en juez. La viguesa es la única juez internacional gallega de taekwondo y ha sido incluida entre los 50 árbitros de todo el mundo que intentarán ir a los Juegos Paralímpicos de 2020 en Tokio. Sus menciones como colegiada certifican sus méritos: varias veces elegida mejor árbitro de la Federación Gallega de Taekwondo y de la Española, mejor árbitro del Open de España en dos ocasiones, mejor árbitro del Campeonato de Europa de Clubes de 2018, mejor árbitro internacional durante 2015, medalla de plata al Mérito Deportivo, mención especial en la Gala del Deporte de Vigo en 2008, Mellor Xuíza de Galicia otorgado por Mudega en 2017 y mejor árbitro de Galicia otorgado por la Xunta/Deporte Galego en 2008 y 2016.

Muestra con orgullo su foto junto a Javier Gómez Noya en la Gala do Deporte Galego de 2016. "Que te otorguen un premio al lado de un gigante como Javier Gómez Noya lo hace aún más importante. Te hace darte cuenta dónde has llegado", explica. Pero ella también es una gigante y ha llegado lejos, aunque confía en llegar más lejos aún si cabe.

Como deportista, "no era la mejor del mundo", bromea. "En combate he obtenido medallas a nivel gallego y a lo máximo que llegué fue a unos cuartos de final en un Nacional Universitario; en técnica tengo más títulos autonómicos y un oro en trío sincronizado en un Open de España", relata.

Entregada a su labor como entrenadora (a través de su club I Have a Dream imparte clases en los centros de Máis que Auga), la taekwondista con licencia por el Sares-TKD Cangas se inició en el taekwondo, siendo una niña, en el Kiap. "Con siete años me llevaron a probar y me dije: 'Esto es lo que me gusta". Ahí empezó una saga familiar que siguió en su hermana y en sus primos hasta hoy, dando clases a sus sobrinos.

Pero llega el jueves por la noche y María Bautista se transforma en árbitra. Su llegada al arbitraje se produjo de forma simultánea a su formación. Exigencias del guión. "En el taekwondo se da la particularidad de que no se puede ser árbitro si no se es taekwondista y para poder sacar el cinturón negro primero tienes que sacarte una titulación básica de arbitraje", explica. "Otra cosa es que luego ejerzas, pero ambas titulaciones van en paralelo", matiza. "Yo empecé a arbitrar no porque me gustara o no, me titulé porque había que hacerlo y punto". Pero en su caso sí que ejerció. "Como competidora, como la mayor parte de los deportistas en este mundo, cuando un resultado no me gustaba siempre utilizaba la justificación del árbitro y cuando me quejaba mi entrenador me decía: 'En lugar de quejarte, arbitra'. Y así, en las competiciones en las que yo no participaba por edad, por nivel o por lo que fuera, iba a arbitrar. 'Así aprendes a verlo desde el otro lado', insistía mi entrenador". Esa frase marcó su camino.

"Poco a poco fui cogiendo nivel y en 2005 fue cuando me saqué el título de árbitro internacional". Fue gracias al apoyo de José Molero, "el que era mi director de arbitraje de la Española. "Me presenté y fuimos tres gallegos a Roma, de los que la única que sacó la titulación fui yo", dice Bautista, que hoy en día sigue siendo la única juez internacional gallega. "Fue un curso de varios días, con varios exámenes de reglamento, pruebas físicas, médicas y de inglés", rememora.

Desde entonces ha participado en Europeos de todas las categorías, incluso de Parataekwondo, Mundiales también de todas las categorías, citas continentales y Mundiales Universitarios y pruebas de Grand Prix. "Lo único que me faltan son unos Juegos Olímpicos", anhela. Y lo hace con ilusión porque ya ha emprendido el camino hacia Tokio. "En 2012 me quedé a las puertas. Quedó rankeada mejor que yo una compañera de Murcia, Carmen Navarro, y solo puede ir uno por país", se lamenta: "Para Brasil no lo pude intentar y para Tokio, para los Juegos Olímpicos tampoco, porque el año pasado me rompí un tobillo en un entrenamiento de alta competición". Una lesión que le hizo cambiar su hoja de ruta y plantearse la opción de asistir a los Paralímpicos. "Las pruebas para ir a los Juegos eran en enero y no estaba aún bien para poder hacer pruebas físicas, pero para los Paralímpicos, las pruebas no fueron hasta mayo y ahí sí ya entré", festeja. Con el tobillo entre algodones logró hacer las mínimas que se le requerían para superar la primera criba, en la que habían sido convocados unos 150 árbitros de todo el mundo. "El proceso sigue abierto hasta abril o mayo de 2020. De este campamento, tras las pruebas, han seleccionado a un grupo de 50, de los que 30 irán a Tokio", especifica.

Precisamente, en septiembre estuvo en la capital nipona, donde arbitró en el Test Olímpico y Paralímpico, y esta semana acaba de llegar de Bari (Italia) de un Europeo de Parataekwondo, citas donde también ha sido evaluada. Ahora está pendiente de que le asignen dos citas preolímpicas para el próximo año. Ella ha solicitado la de África, porque será en Marruecos e imperaba el criterio de proximidad, y la de América, que sería en Costa Rica: "Ahí nos volverán a evaluar: desde cómo lo hacemos, hasta la postura, cómo reaccionas ante una reclamación, todo; hasta el más mínimo detalle". Será un examen exhaustivo para ganarse su plaza olímpica. "Recuerdo que en el proceso de Londres fuimos a un campeonato en el que a cada árbitro nos seguía una cámara. Quieren someternos a mucha presión para evaluar nuestra reacción", explica.

Y es que "en taekwondo la mayor parte de los que te están viendo son taekwondistas, que no es que se sepan también el reglamento, es que también son árbitros titulados", explica. "Estás siendo evaluado por mucha gente que sabe lo que está viendo". Además, es una disciplina en constante evolución. "Desde que es olímpico hay muchas actualizaciones. En los últimos años igual ha habido siete u ocho cambios de reglamento". Pasos para adecuarse a las nuevas tecnologías también, como el vídeo replay (como el ojo de halcón en tenis o el VAR en el fútbol) o los chalecos y cascos electrónicos. Además del obligado reciclaje cada dos años, también tuvo que sacarse la titulación especifica de parataekwondo. Todo por un sueño. "Como todo deportista, sea desde la faceta que sea, si tu deporte es olímpico sueñas con ir alguna vez a unos Juegos". Ella ya ha emprendido el camino. Su destino la espera en Tokio.

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