Susana Rodríguez Gacio puso fin a su temporada con una medalla de oro en el Europeo de paratriatlón de Valencia, dos semanas después de proclamarse campeona del mundo en Lausana por tercer vez. Cierra un año excepcional en el que, además, logró dos primeros puestos en las citas de Montreal y Yokohama de las Series Mundiales y una plata en Milán. La de Valencia fue su carrera ITU número 51 y su octava participación en el Campeonato de Europa, donde al oro del pasado fin de semana suma otro en 2014, las platas de 2017 y 2018, los bronces de 2013 y 2016, y los cuartos puestos de 2011 y 2015.

Pero todas estas cifras tienen detrás una gran historia de superación y sacrificio. Pese a su deficiencia visual, la viguesa ejerce en un hospital de Santiago y roba horas al día para compaginarlo con sus entrenamientos a caballo entre Vigo y Santiago. Por eso ese oro en Valencia, que trae consigo también la clasificación matemática para los Juegos de Tokio de 2020, sabe tan bien. "Una vez sumadas las puntuaciones del Campeonato de Europa de Valencia, del Mundial de Lausana y de las World Series de Montreal, ya tenemos 1.750 puntos de un máximo de 1.800 posibles, pero matemáticamente estaríamos ya entre las nueve mejores del ránking de clasificación paralímpica y posiblemente primeras porque ya nadie tiene opciones de conseguir tantos puntos", apunta.

Así que los oros de Lausana y de Valencia son una motivación extraordinaria para seguir luchando, día a día, para cumplir su sueño de disputar una cita olímpica. "Es una motivación más para continuar, acabar bien el año y tener ganas ya de empezar la próxima temporada. Hace nada estábamos en Río de Janeiro pero ya han pasado tres años y encaminamos ya la recta final hacia Tokio; el año de los Juegos es el año más duro, así que estamos con ganas de llegar allí lo mejor posible y con ganas de pelear por todo", subraya. En el plano deportivo, la viguesa indica que "en el Mundial de Goald Coast hicimos muy buena carrera y quizá las de este año hayan estado a la altura. Intentaremos el año que viene dar un pasito más todavía".

Tras el quinto puesto de los Juegos de Río 2016, en Tokio está dispuesta a luchar por esa medalla que aún le falta. "El objetivo siempre es intentar ganar. Luego será lo que tenga que ser, pero vamos a luchar por todo, daré lo mejor de mí en cada entrenamiento y en cada competición y el día D y la hora H nos pondrá en nuestro lugar".

En su segundo ciclo olímpico, pocas diferencias, salvo en el sistema de clasificación. "Esta vez todas las plazas son por ranking, pero el proceso es más o menos similar", apunta: "Para Río, hasta el mes de marzo no había conseguido matemáticamente la plaza aunque sí que la tenía muy encaminada, así que las principales diferencias son más a nivel de físico, porque ahora mismo creo que estoy mejor, tengo más experiencia y muchas ganas".

En la planificación, apenas diferencias tampoco: "Cuando algo funciona, mejor no hacer muchos cambios". El más sustancial, si cabe, el de su guía, Paula García Godino, que toma el relevo de Mabel Gallardo. "El proceso de adaptación en competición con Paula fue bastante sencillo porque físicamente es una persona bastante parecida a Mabel, en cuanto a altura, con lo cual hemos intentado hacer todo igual, mejorando aquellas cuestiones en las que vimos mejora posible, así que dentro de lo que cabe fue un proceso bastante sencillo. Además, yo estoy acostumbrada a entrenar con bastantes guías con lo que yo me adapto bastante fácil a las nuevas personas con las que entreno o voy a competir", añade.

Y aunque Susana Rodríguez tiene claro que su prioridad es el triatlón, no ha dejado de lado el atletismo, disciplina en la que se inició. "Es el deporte en el que empecé y me ha gustado siempre y ahora me lo había planteado, en principio, como una herramienta para mejorar mi carrera a pie de cara al triatlón e intentaré compaginarlo siempre que pueda sabiendo que mi prioridad es el triatlón", dice.

Tras el Mundial de Lausana, logró en Segovia, su mejor marca personal en 1.500, que es también mínima B para Tokio 2020 (4:58.97). "Es posible que por coincidencia de horarios no pueda correr esta prueba en Tokio, ya que es clara mi prioridad deportiva, pero es un honor haber conseguido la marca, que era bastante exigente, y ser capaz de lograrlo sin ninguna preparación específica", reconoce. Estará en el Mundial de Dubái, en noviembre. "Hice la mínima y ya que la tengo quiero ir allí y disfrutar de la experiencia, aprender y hacerlo lo mejor posible, pero siempre que no altere mis planes de triatlón de cara al año que viene".

Pese a lo complicados que han sido los últimos meses para compaginar sus entrenamientos y sus obligaciones laborales, Susana Rodríguez asegura que "por supuesto que vale la pena" y se muestra muy agradecida a todas las personas que la ayudan en su día a día, especialmente con sus padres, su hermana y su entrenador, Luis Piña: "Está todo el día al pie de cañón siempre preocupándose y le debo mucho de lo que estoy consiguiendo".