España luchará mañana domingo (14.00, Cuatro) por su segunda medalla de oro en un Mundial tras tumbar la resistencia australiana en un partido agónico y eterno, resuelto tras dos prórrogas, y en el que Marc Gasol, con 33 puntos, seis rebotes y cuatro asistencias, fue decisivo para culminar la remontada.

Trece años después del triunfo en Japón, el pívot de los Toronto Raptors -uno de los dos supervivientes de ese equipo junto a Rudy Fernández- ejerció de líder cuando sus compañeros más lo necesitaban, bien secundado por Sergio Llull y Ricky Rubio.

Porque España no jugó como ante Serbia o Italia. De nuevo se atascó el ataque a partir del segundo cuarto y se vio obligada a remar contra corriente para, in extremis, salvar una semifinal que se había puesto complicada gracias a un inmenso Patty Mills, autor de 34 puntos y empeñado en vengarse de lo ocurrido en los Juegos de Río, cuando su rival de ayer les privó del bronce.

España mostró su mejor versión en el último cuarto. El rebote fue la única rémora en ese momento. Con 65-67 en el min 37, Gasol tuvo bola para empatar, pero le pitaron una discutida falta en ataque. De nuevo fue el pívot de los Toronto Raptors quien culminó la remontada bajo canasta. A 8,7 segundos para el final, anotó dos tiros libres que subieron el 71-70 al marcador. Mills dispuso de otros dos lanzamientos desde la línea de personal, pero falló el segundo. Ricky no pudo evitar la prórroga con un triple desde media cancha que bordeó el milagro.

Gasol siguió ejerciendo su papel de líder. Cinco puntos suyos en el inicio del tiempo extra insuflaron ánimos en el equipo, aunque Mills seguía en racha y Australia volvió a engancharse a un partido que a esas alturas carecía de orden alguno (78-78, min 43). El baile de tiros libres protagonizado por ambos líderes, que no fallaron desde la línea de personal, obligó a disputar una segunda prórroga para deshacer el empate a 80.

Claver, desde media distancia, Llull, con un nuevo triple, y Gasol bajo aro, empezaron a cimentar el triunfo de un equipo español que pareció llegar más entero al momento decisivo. Australia se frenó en seco y Llull repitió desde el perímetro para culminar un parcial de 10-2 que daba medio billete a la gran final. España supo controlar la situación y escaló un peldaño más en su camino hacia el título. Tras el oro de Japón, mañana tendrá otra oportunidad para tocar el cielo en Asia.

"Ganar, y hacerlo además así, después de jugar contra un superequipo que ha competido los 50 minutos, te hace muy feliz. Pero una vez más la suma de corazón y cerebro que este equipo ha tenido ha sido superior. Hemos sabido jugar con paciencia los momentos complicados, que los ha habido y mucho, pero hemos mostrado un carácter y una competitividad tremendas", dijo Sergio Scariolo en la zona mixta del Wukesong Sports Center de Pekín A su juicio, la medalla que se colgará España es "quizás" la más inesperada. "Pero repito: solo con corazón no ganas. Y han puesto mucho, mucho corazón. Pero ya daba por hecho que iban a poner mucho corazón. Lo que hay que poner ahí es la cabeza. Los últimos 16 o 17 minutos del partido ha habido mucha cabeza", consideró el seleccionador.

Falta por conocerse el color de esa medalla; si España añadirá otro título mundial al cosechado en 2006 en Saitama o tendrá que conformarse con el subcampeonato. El rival será Argentina, que derrotó con relativa comodidad a Francia (80-66) gracias al liderazgo de Scola, autor de 28 puntos. A sus 39 años, el único superviviente de la generación dorada busca el título mundial que Serbia les quitó en 2002 (Argentina ya lo ganó en 1950).