- ¿Qué siente tras el subidón de adrenalina del sábado?
- Ahora mismo tranquilidad, pero también nos cae el peso de este último mes. Toca recuperar fuerzas para volver a empezar. Esto se ha acabado para los jugadores y técnicos. Los directivos no tenemos tiempo. En nada hay que comenzar a planificar el futuro.
- ¿Cómo califica la temporada?
- Cuando llevas tanto tiempo en la categoría estás asentado, tranquilo. Y te vuelves quizás un poco cómodo. Puedes llegar a pensar que todo está hecho y es fácil. Te encuentras con otros equipos con más ambición. Piensas que habrá tiempo para todo y no es verdad. Lo que dejas de hacer al principio te condiciona durante todo el año. Nuestra primera parte de la temporada no fue buena. Pensábamos que la plantilla era para más. Y luego todo se complica. Los otros equipos han apretado. La competición ha sido diferente a años anteriores.
- ¿La temporada le deja algún tipo de enseñanza a un presidente con tanta experiencia?
- Sí, sí, sí? Que es importante adaptarse a la categoría, la que te presentan los equipos que componen el grupo contigo. Nosotros teníamos un estilo, una forma de jugar, que me parece bien. Pero debes abrir los ojos a las exigencias que presenta ese año el grupo. Tienes que dar la medida. La lección es clara. Dos de los equipos que jugaron fase de ascenso en 2017 han descendido, el Racing y el Toledo; otro, el Pontevedra, lo pasó muy mal. Eso marca. Cada año hay que elegir bien a qué vas a jugar.
- ¿No convenía tanto un fútbol combinativo?
- Son varios matices. Este año había más campos sintéticos, que no nos iban bien. Y construimos una plantilla para jugar con la idea del cuerpo técnico. Luego vimos que a lo mejor nos faltaba más empuje, carácter y esa otra parte del fútbol que es más física. Sólo con calidad no consigues los resultados. Quizás ahí hay una equivocación del club. No hemos sabido adaptarnos a lo que nos estaba exigiendo la competición.
- Más atento que nunca, entonces, a la composición del grupo.
- Es muy aventurado decirlo a estas alturas. Faltan por definirse los ascensos. Pero seguramente quedaremos en algo parecido a lo de este año y debemos prepararnos.
- ¿Retocarán la plantilla en el sentido que apunta?
- Evidentemente. Ahora debemos realizar un buen diagnóstico y fichar los jugadores adecuados.
- ¿El entrenador será Jacobo Montes?
- Nuestra primera idea es hablar con Jacobo y ver cómo componemos el cuadro técnico. Tradicionalmente damos continuidad a los proyectos. Rafa estuvo cinco años con nosotros y encantados de la vida. Es un gran entrenador y una persona a la que queremos muchísimo. Y él a nosotros. Con Jacobo acabamos de empezar. Ha hecho un buen año, primero a las órdenes de Rafa y luego demostrando su capacidad en estos últimos partidos. Vamos a hablar con él y veremos cómo terminan las negociaciones.
- La decisión de prescindir de Sáez debe haber sido dolorosa.
- Muy dolorosa. Pero Rafa y yo nos vimos y nos entendimos rápidamente. En un momento determinado, por la falta de resultados, una plantilla con chicos muy jóvenes baja la cabeza. Te queda tratar de solucionarlo poniendo a una persona que dé otro enfoque, que la plantilla cambie su atención y reaccione con otro mensaje. Fue lo que pretendimos.
- Le queda la satisfacción de cómo respondió la afición en los partidos decisivos. Aunque también las ganas de que ese apoyo sea más regular.
- Llevamos muchos años. La gente también se ha acomodado. Se da por sentada la categoría. Y nadie tiene nada ganado. Has de ganártelo cada día. Necesitábamos la ayuda de todos y yo le estoy muy agradecido a la afición. Un club no son los jugadores, técnicos, directivos o aficionados, sino la comunión de todos. La afición se ha portado de diez.
- Uno de sus legados es la excelente imagen institucional del Coruxo. Los incidentes del sábado (un grupo identificado como una posible escisión de Celtarras agredió a hinchas del Mérida) le han debido indignar.
- Lo pasé muy mal el sábado al mediodía. Estaba en el club y me avisaron de lo que estaba pasando. Llamé rápidamente a la policía. Este campo es modélico. Arropamos a los visitantes como si fueran nuestros. En Oviedo, Oyón o Toledo, donde jugamos eliminatorias, hay gente pendiente de nosotros cada domingo. Estuvimos después con los aficionados del Mérida y se han marchado encantados con nuestro trato. Sabemos que es duro bajar a Tercera. Por encima está el afecto. Incluso nos han invitado a ir el año que viene a la fase de ascenso a Segunda B. La experiencia ha sido agradable salvo por ese altercado, que no tiene nombre.
- ¿Cómo valora la temporada del Rápido? ¿Desde la vecindad, desde la rivalidad?
- Me alegro por el Rápido y su gente. Los clubes modestos tenemos que valorar momentos así. No sabemos cuándo se repetirán. Prefiero que haya en Segunda B el mayor número posible de equipos gallegos y cuanto más cerca, mejor. Nos da más presencia. Vigo no tiene por qué preocuparse por encontrar sitio o jugadores. Hay un montón de equipos de base que trabajan muy bien. Es una ciudad de deporte total y de fútbol.
- ¿Es posible un equipo vigués en Segunda que no sea el Celta B?
- El Celta sí dispone de medios económicos e instalaciones. Por la estructura del fútbol español, la Segunda le conviene a cualquiera. Tienes unos presupuestos que, a poco que hagas bien las cosas, te permiten competir dignamente. Para los demás nuestro problema serían las instalaciones. Necesitas un mínimo adecuado. No solo te dan dinero, también te exigen.
- Sufrió un ictus el 2 de enero.
- Afortunadamente el cuadro médico de Povisa ha sido ejemplar. Me han tratado rápidamente. En quince días ya había recuperado prácticamente todo. Nos sirve para aprender. Somos tercos. Siempre pensamos que esas cosas solo le pasan a los demás. Ahora mismo me encuentro muy bien. Estamos otra vez en la lucha.
- ¿Se ha planteado bajar su ritmo de trabajo con el club, la Federación Gallega (es vicepresidente)??
- Procuro ser perfeccionista. No es fácil llevar un club como este e intentar hacer las cosas lo mejor posible en la Federación Gallega o la Española. Y está la empresa. Hay que ganarse las habas todos los días. La familia es la clave, la que te permite superar esto. Sin su apoyo sería imposible seguir adelante. Cuando sufrí el ictus pensé en dejarlo. Pero ellos te animan porque saben que el mundo del deporte es tu vida, algo que quieres.
- Tiempos de cambio en la Federación Española. ¿Cómo analiza la llegada de Rubiales?
- El mundo federativo ya estaba destinado al cambio. Quizás hubiera sido más lento o sosegado con Larrea. Rubiales también es un hombre del fútbol. Lleva mucho tiempo metido en los aparatos y los conoce perfectamente. Estoy seguro de que quiere lo mejor para el fútbol. Hay que evolucionar. La Federación Gallega ha hecho cambios importantes. Y la Federación Española ha hecho cosas muy buenas. Hay que seguir modernizando. Espero que el equipo que componga Rubiales vaya por ese camino. Los votantes han elegido a un presidente al que todos tenemos que apoyar.
