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La piedra en el zapato del Celta

El Alavés consiguió en esta eliminatoria desactivar al equipo de Berizzo y dejarle sin marcar un gol en 180 minutos - Los vigueses se apartaron de su idea de juego, entraron en la pelea que propusieron los vascos y ahí se ganaron la dolorosa eliminación

Iago Aspas corre perseguido por Marcos Llorente y Toquero. // Ricardo Grobas

"Es imposible que el Celta no marque un gol al Alavés en 180 minutos". Posiblemente fue la frase más repetida en Vigo durante las últimas dos semanas a la hora de analizar la semifinal copera que ha terminado por meter al conjunto vitoriano en la primera final de su historia. También Berizzo lo pensaba. Los recursos ofensivos del Celta parecían una garantía, pero el Alavés consiguió anularlos por completo para llevar la eliminatoria a un enfrentamiento cerrado, de muy pocos goles, que igualaba su teórica inferioridad. El cuadro de Pellegrino ha demostrado en los tres encuentros que han disputado en lo que va de temporada (los dos de Copa del Rey y el de Liga en Balaídos) que se ha convertido en una pequeña piedra en el zapato de Berizzo. En todos ellos consiguió sacar al Celta de su plan, anular sus principales virtudes y empujar el partido a la clase de duelo que más le convenía en el que la pelota se ganase más por convicción que por calidad. Los vigueses solo consiguieron superarles en Liga gracias a un gol en el último minuto y en gran medida sucedió porque los vitorianos se habían pasado cuarenta y cinco minutos jugando con un futbolista menos y llegaron a ese instante con la lengua fuera. En la Copa, que se jugó demasiado tiempo con la calculadora en la mano, simplemente se agravó lo apuntado en el duelo liguero.

la responsabilidad

Ha sido un factor determinante en la eliminatoria. Siempre dio la sensación de que el Alavés se sentía más liberado desde el punto de vista psicológico. A los de Berizzo se les vio exigidos, nerviosos, con una carga extra de presión, como si no hubiesen digerido demasiado bien el hecho de ser favoritos en la eliminatoria. Y ya se sabe que la cabeza hace que las piernas se muevan más rápido.

La presión

El Alavés consiguió algo realmente importante en esta eliminatoria y es que el Celta apenas pudiese sacar el balón con un mínimo de garantías. Hacía tiempo que no se veía semejante lluvia de pelotazos desde la defensa. En el partido de ida en parte podía estar algo justificado por el estado del terreno de juego, pero en Mendizorroza esa situación se hizo más patente. El trabajo de Deyverson, Camarasa o Toquero resultó fundamental a la hora de obligar al Celta. El Alavés tenía lo que quería, que el partido fuese una constante pelea en busca del balón dividido y ahí también demostró estar por encima de los vigueses.

desconexión

Obligando al Celta a sacarse el balón de encima, el Alavés logró desconectar a Iago Aspas del juego, uno de sus grandes objetivos. Pellegrino estaba obsesionado con que no interviniese en el juego. El trabajo de todos sus jugadores lo permitió. Iago, de la nada, se sacó dos ocasiones claras en cada uno de los partidos, lo que confirma que si hubiese tenido una incidencia mayor en el juego el destino del enfrentamiento habría sido bien diferente.

wass-theo

La presencia de Wass en la derecha fue tal vez la decisión que más marcó al Celta. Berizzo lo hizo con la intención de darle más consistencia en el centro del campo y para frenar las acometidas de Theo Hernández, uno de los grandes argumentos del conjunto de Pellegrino. La partida también la ganó el Alavés porque el danés apenas dio noticias y Theo, sin ofrecer su mejor versión, acaabó por generar problemas.

guidetti

Los mejores minutos del Celta en esta eliminatoria coincidieron con su presencia en el campo, los últimos del encuentro de ida, cuando el partido se abrió y los de Berizzo fueron capaces de generar cuatro ocasiones más o menos claras. Eso deja la duda de si hubiera sido la apuesta buena jugar más tiempo con un 4-3-3 con Aspas en la derecha y el sueco como referencia en ataque. Esa decisión se demoró en Mendizorroza y luego se produjo demasiado tarde. En una eliminatoria tan cerrada, en la que la clasificación y el adiós están tan cerca, cuesta tomar determinadas decisiones. Berizzo y Pellegrino parecieron querer guardarse cosas para la hipotética prórroga.

pacheco

Imposible no hacer una referencia a él. Tres veces el Celta estuvo ante él con opciones claras de marcar y a todas respondió con paradas de portero grande. Otro de los pequeños detalles que inclinan una eliminatoria.

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