El Napoli, el único club del Calcio que trató de plantarle cara en los últimos años a una Juventus erigida en potencia hegemónica de Italia, ha perdido este verano a su jugador franquicia. Gonzalo Higuaín dejaba huérfana a la afición partenopea después de convertirse en máximo goleador de la Serie A. Además se fue a la Juventus, rival en la lucha por el título liguero y representante máximo del odiado norte. La siempre caliente y excesiva afición de San Paolo considera, desde el 1 de agosto, que el delantero argentino es un traidor. Así lo expresan cada vez que pueden y de poco sirve la espectacular cifra de 90 millones de euros que los de Turín invirtieron en su contratación. Pero las gradas de Nápoles, que pasan de la pasión al odio en cuestión de horas, ya han encontrado a su nuevo ídolo: Se trata de Arkadiusz Milik.
El nuevo héroe de la delantera del Napoli nació en un mundo tan opuesto al caótico y caliente sur de Italia como es la ordenada y fría Polonia. Pero el arranque de temporada de Milik está siendo espectacular. En la Champions League suma dos goles en su único encuentro frente al Dinamo de Kiev. En liga, con el doblete de este sábado frente al Bolonia, acumula ya cuatro tantos. Anteriormente perforó también por partida doble la portería del AC Milan. Se trata de unos registros tan buenos que la afición partenopea se entregó a los brazos de Milik. No solo buscan en él a su nuevo hombre gol, sino que esperan que les ayude a vengarse de Higuaín y de la millonaria Juventus.
El polémico presidente Aurelio De Laurentiis invirtió 35 millones de la venta de Higuaín en hacerse con los servicios de Milik, que se destapó como un gran goleador en las filas del Ajax holandés y cuajó una notable Eurocopa este verano. Eso sí, ni en los sueños más húmedos del dirigente napolitano se esperaba este gran rendimiento a corto plazo del polaco. Partido tras partido, está demostrando todo su repertorio en este arranque de temporada. Aunque actúa como delantero centro de referencia y destaca por su finalización, sus remates de cabeza y también sus disparos lejanos, Milik puede actuar también como mediapunta. Pese a su altura de 1.86 metros, maneja con soltura el esférico cuando lo tiente entre los pies. Ejemplos dejó a lo largo de su carrera de lo bien que filtra pases al hueco y genera oportunidades de gol para sus compañeros.
La carrera de Arkadiusz Milik comenzó en la III Liga polaca con apenas 16 años. Jugó para el Rozwój Katowice. Era la temporada 2010/2011 y pese a que concluyó con 4 goles en solo 10 apariciones con la primera plantilla, ya estuvo a prueba ese mismo invierno con equipos de Inglaterra como el Reading, el Tottenham o el Legia de Varsovia, uno de los clubes dominantes del fútbol Polaco. Una temporada después debutaba en la Ekstraklasa, la primera división polaca. Fichó por el Górnik Zabrze. Pese a que todavía era menor de edad, jugó 38 encuentros en la máxima categoría de su país y anotó 11 goles. Su carrera parecía meteórica. Sin embargo, su apuesta por el fútbol alemán le frenaría en seco.
En el verano de 2012 el Bayer Leverkusen pagó 2.2 millones de euros por una joven promesa polaca que ya había debutado con la selección absoluta de su país. Las cosas no salieron como se esperaba y con el gran club alemán apenas disputó 6 encuentros. Un año después salía cedido al FC Augsburgo, también de Bundesliga. Solo 2 tantos en 18 encuentros parecían aventurar que la promesa polaca se iba a quedar precisamente en eso, en una promesa que no acabaría de explotar. Sin embargo apareció el Ajax de Ámsterdam en su camino. No hay mejor escuela ofensiva que la holandesa ni competición más propicia para revitalizar la carrera de un goleador que la Eredivisie.
En su primera temporada, cedido en el conjunto de la capital de los Países Bajos, marcó 11 goles en 21 partidos. Eso le valió la contratación por parte del Ajax, que se lo quedó en propiedad. La temporada pasada fue la de su consagración definitiva, convirtiéndose en la referencia en ataque del Ajax con 21 goles en 31 jornadas. Pese a que tuvo que pasar el amargo momento de perder la liga en la última jornada otorgando el título al PSV, el polaco cuajó una gran Eurocopa. Marcó ante Irlanda del Norte, dio una asistencia y generó mucho peligro, aprovechándose en gran medida de que los ojos de las defensas rivales estaban puestos en su compañero de ataque en el combinado polaco: el temible Robert Lewandowski. El atacante del Bayern de Múnich, uno de los más prolíficos del mundo, tiene por fin un compañero a su altura en su selección.
Con el Napoli encaramado de nuevo en los puestos altos de la Serie A, su lucha contra la Juventus aguantará en buena medida lo que tarde la buena racha de Milik y de Callejón. Insigne, Mertens o Hamsik tienen la obligación de rendir a un gran nivel y generar ocasiones para los dos jugadores que están viendo puerta con mayor facilidad esta temporada. Son la única esperanza para discutirle la hegemonía a los bianconeri.
