Nadie, salvo quizá el propio Eduardo Berizzo, esperaba gran cosa del joven delantero el pasado verano cuando el técnico céltico anunció que, por una cuestión de edad, el futbolista se incorporaba al plantel del primer equipo como miembro de pleno derecho. Al igual que el portero Néstor Díaz, Señé había sido fichado en el mercado de invierno para reforzar el Celta B, que vivía momentos de tribulación y una guerra civil interna y luchaba con muchos problemas para conservar la categoría. Un fichaje arriesgado porque Señé era ya mayor para el filial y parecía demasiado verde para incorporarse al primer equipo.

Formado en las categorías inferiores del Terrasa, el espigado atacante barcelonés había desarrollado buena parte de su carrera en el Real Madrid C y, posteriormente, sin demasiada fortuna, en el Oviedo, donde llamó la atención de Toni Otero, el excoordinador de las categorías inferiores del Celta que lo reclutó a coste cero tras verlo en acción en O Vao. "Yo lo había seguido en su etapa en el Real Madrid pero realmente me convenció después de verlo en un partido aplazado entre e Coruxo y el Oviedo. Recuerdo que fui a ver el encuentro con Antonio Chaves [el director general del Celta] y a él también le encantó, así que cuando se puso su nombre sobre la mesa para reforzar el filial se acordaba perfectamente de él y no dudó en dar el visto bueno al fichaje", relata Otero, que no escatima elogios hacia el futbolista. "Es un jugador muy completo, puede jugar en banda, en punta, incluso de interior. Maneja bien las dos piernas, es potente, ágil y fuerte. A mí me recuerda a Santi Mina, aunque es algo más fuerte y tiene la ventaja de que también puede jugar de interior", precisa el director deportivo del Lugo.

Otero valora también la aportación de Señé para salvar del descenso el pasado curso al filial, que él mismo dirigió en el momento de mayor dificultad. "Conmigo en el Celta B estuvo espectacular y creo que luego hizo una pretemporada muy buena y por eso los escogió Berizzo", apunta Otero, que achaca su discreto paso por el Oviedo "a las urgencias" que tenía el conjunto asturiano. "Yo sabía que si sentía importante y adquiría confianza iba a dar muy buenos réditos porque es un chico con un potencial enorme que tiene todavía que crecer más", afirma.

Esteban Andrés, exguardameta céltico y portero titular del conjunto carbayón, apunta algún dato más: "Llegó al Oviedo en un momento complicado y el club decidió prescindir de él. Se juntó un poco todo porque el primer año que estuvo no se cumplieron los objetivos y al año siguiente se lesionó en la pretemporada y luego le costó mucho entrar en el equipo. Pero es un chaval extraordinario, un gran y cariñoso compañero y un futbolista con excelentes condiciones, de buenos pases, cabeza levantada, encarar y muy rápido, como se vio en Granada. Es joven y estoy seguro de que al Celta le va a dar un gran resultado".