El Celta tuvo que recurrir ayer a todo su arsenal para poner una pica en un campo tan complicado como San Mamés y rebañar, en una llamarada de genio, un valioso punto ante un Athletic desconcertante, poderoso y vulnerable a la vez. El conjunto de Berizzo, que llegó a jugar con cinco atacantes mediado el segundo tiempo, sobrevivió al vertiginoso ritmo que el Athletic imprimió al partido en la media hora inicial y, no sin atrancos, se fue sacudiendo de encima el dominio de los rojiblancos hasta que Nolito igualó, tras el descanso, el madrugador gol de penalti conseguido por Aduriz , y dio la vuelta al encuentro como un calcetín.

Le faltó al Celta rigor defensivo para contener la salida en tromba de los leones, que saltaron al césped como si la vida les fuese en el empeño, y fluidez y continuidad en la circulación de la pelota para manejar el tempo del choque. Fue el Athletic el que impuso inicialmente el ritmo y las ocasiones frente a un Celta desbordado e impreciso, que apostató del balón. La avidez y energía con que el Athletic se aplicó en la presión en cancha contraria dificultó enormemente la salida de pelota de los celestes, que acusaron (y mucho) la baja de Fontás en el centro de la defensa.

Como había prometido, Berizzo resolvió la ausencia del zaguero dando la alternativa a Sergi Gómez, que se mostró inseguro y vulnerable aunque mejoró sus prestaciones con el paso de los minutos. No le ayudó el mal partido de Planas, que se vio desbordado una y otra vez por De Marcos y Susaeta y dejó un boquete en el flanco izquierdo de la retaguardia celeste que el Athletic aprovechó muy pronto para asestar al Celta una puñalada.

Un centro al área tras una jugada entre Iraola y Susaeta pegó en el brazo del central barcelonés y Fernández Borbalán señaló el punto fatídico. Aduriz, el mejor de los rojiblancos ayer sobre el césped de San Mamés, recogió la pelota y transformó la pena máxima como mandan los cánones, con trallazo por el centro. Habían transcurrido apenas cinco minutos desde que el balón echó a rodar.

El tanto de Aduriz estimuló al Athletic, que se echó encima del Celta, que tuvo verdaderos quebraderos de cabeza para conservar el balón. El Athletic robaba la pelota antes de que el Celta pudiese jugarla y atacaba con gran sensación de peligro. Susaeta dilapidó una gran ocasión para hacer el segundo tras un buen pase de Aduriz, a quien Fernández Borbalán anuló (correctamente) a continuación un gol porque el balón venía de fuera en el pase.

No mucho después Sergio impidió que el Athletic incrementase su cuenta al desviar con una mano asombrosa, un cabezazo a bocajarro del delantero rojiblanco. La parada del Gato camino de la media hora de juego fue el preludio de la reacción celeste, beneficiada por la dificultad del rival de mantener el desbocado ritmo con que inició el juego.

El Celta comenzó a dejarse ver, aunque tímidamente; primero con una diagonal de Álex López que no controló Krohn-Dehli, con un gran cambio de orientación del juego de Nolito luego, pero sobre todo con un pase filtrado con el exterior por el ferrolano a la espalda de los centrales del Athletic que debía haber dejado a Larrivey mano a mano con Iraizoz. Infelizmente para los celestes, el ayer desdibujado delantero argentino falló en el control y dio toda la ventaja al portero vasco, que recogió mansamente la pelota.

La incapacidad del Athletic para hacer un segundo gol que le impulsase en el marcador, sin embargo, acabó espabilando al Celta, que volvió las tornas al partido. Antes Fernández Borbalán anuló un segundo gol a Aduriz por un fuera de juego de pocos centímetros que muy bien pudo haber subido al electrónico. De Marcos, con un remate que se perdió por alto, y de nuevo Aduriz , tras otro error de cálculo de Sergi Gómez, pusieron en aprietos a Sergio, pero sus remates no encontraron portería.

Fue entonces cuando Berizzo recurrió a todo su arsenal ofensivo en busca del empate. Pablo Hernández (lento aunque brillante) suplió a Krohn-Dehli y el Celta comenzó a carburar. Los celestes ganaron en varias ocasiones con facilidad el área, pero precisaron mal los centros y no consiguieron finalizar las jugadas. El técnico céltico jugó entonces la baza de Charles, que reemplazó a Álex López. Con cinco atacantes sobre el campo el Celta encontró por fin el camino del gol. Lo hizo, como no, en una llamarada de puro talento entre Orellana y Nolito. El sanluqueño, que suma ya cinco goles en ocho partidos, enfiló en el área rojiblanca y tiró una pared en carrera al chileno para doblegar a Iraizoz con un formidable derechazo. Fue el único disparo del Celta entre los tres palos en todo el partido.

El gol fue un mazazo para el Athletic, que ya no logró reponerse del golpe. El miedo a perder hizo mella en el conjunto de Valverde. Le entraron las dudas y se acabó arremolinado en torno a Iraizoz con el Celta volcado sobre su área. Nolito tuvo la victoria en sus botas tras bajar con un control sublime un pase de Hernández, que avanzó desde el medio del campo tras dejar atrás a varios contrarios. Le faltó sin embargo finura en la definición y se le fue por encima del travesaño (minuto 87). Ya en el descuento, el Athletic intentó quemar sin éxito sus últimos cartuchos y los celestes, ya con el pivote canterano Borja Fernández sobre el campo, acabaron dando por bueno el empate.