Describir una victoria importante en palabras dentro del mundo del deporte lleva a sus protagonistas a redundar en el tópico en la mayoría de los casos. Sin embargo, la excepcionalidad de algunos eventos producen en sus vencedores un plus de adrenalina que suele reflejarse en expresiones cargadas de originalidad. El Descenso Internacional del Sella puede incluirse por méritos propios en uno de esos acontecimientos que sobrepasa lo meramente deportivo. Cuando cerca de 300.000 personas se agolpan en los márgenes del cauce para llevar en volandas a sus participantes es un dato que deja bien clara la categoría de la competición.

"Es la única prueba en la que te sientes como un futbolista", frase acuñada por Álvaro Fernández Fiuza que sirve para tomar referencia de la magnitud de su victoria, segunda consecutiva, en el K-2 sénior junto al asturiano Walter Bouzán. "Cuando vas abriendo el agua ya cerca de Ribadesella, las orillas se vienen abajo. Es una regata muy especial. Practicamos un deporte minoritario y ganar una regata como el Sella, con tanta gente y tanto seguimiento, te produce una sensación muy especial".

Afincado en Asturias desde hace algunos años, este pontevedrés de 29 años reconoce que se aplica en la preparación para el Sella, "entrenamos mucho en el río. Lo bajamos muchas veces y conocemos bien el recorrido. Cuando vives en Asturias está claro que el Descenso del Sella es una cita muy importante y la preparamos muy bien".

Álvaro Fernández Fiuza también reconoce que las dificultades por las que pasaron para subsanar un error de cálculo, "no hicimos una buena salida. Tuvimos que hacer un sobreesfuerzo para alcanzar la cabeza y en los últimos cinco kilómetros subimos mucho el ritmo para hacernos con la victoria. Entrara en Ribadesella por delante es una experiencia increíble".

A la hora de hablar de victorias en la prueba reina del piragüismo de río no hay muchas voces más autorizadas que la de María Pérez. El pasado sábado sumó su sexto entorchado en el Sella, todos ellos de manera consecutiva, y junto a su inseparable compañera Naiara Gómez. Solo en 2009, debido a la maternidad de la de Getxo, fue Mara Santos la que compartió cajón con la palista de As Torres.

Ni su habitual presencia en el cuadro de ganadores sirve para reducir un ápice las sensaciones que le produce vencer en Asturias, "ver a toda esa gente animándote o cantando el himno de Asturias en la salida, son cosas que suponen un recuerdo increíble. Son 20 kilómetros muy intensos tanto en lo emocional como en lo físico. Es una cita de obligado cumplimiento".

La tensión que se genera en la salida es uno de los tragos menos agradables para la catoirense, "somos demasiados barcos. Cuando salimos de Arriondas, las primeras curvas son una locura. Tienes que meterte por donde puedas. Nosotras estuvimos a punto de caer al agua como cuatro o cinco veces, pero una vez superaron el lío inicial ya fuimos cogiendo un ritmo que nadie pudo seguir".

El grado de complicidad que María tiene con Naiara le permite incluso ganar en el Sella sin una preparación específica, "nos acoplamos muy bien. Apenas nos podemos juntar y utilizamos el Sella para entrenar".