Equipó sus zapatillas de atletismo con un rallador de queso y papel de lija en su primera competición ante la falta de material, de eso hace cinco años, desde entonces Ander Mirambell (Barcelona, 1983) ha progresado mucho, tanto que será el primer español en competir en la modalidad de skeleton en unos Juegos Olímpicos.

Mirambell logró clasificarse para los Juegos Olímpicos de invierno que se disputarán en Vancouver (Canadá), del 12 al 28 de febrero.

Representará a España en 'skeleton', un deporte que consiste en pilotar boca abajo un trineo por un circuito, una especialidad sin tradición en España.

La aventura de este pionero comenzó hace unos cinco años cuando diferentes circunstancias vitales le llevaron a dar un giro en su día a día. Por supuesto, los inicios fueron complicados y más en una especialidad sin ningún tipo de tradición en España. Pero Mirambell tenía claro que era la mejor vía para lograr su sueño de infancia: ser olímpico. Antes del skeleton había probado fortuna en el fútbol y llegó a hacer una prueba en el Juvenil B del RCD Espanyol, equipo del que es seguidor. Aunque tenía condiciones, el técnico de aquel conjunto, Matías Borsot, le acabó recomendando que buscase otro equipo. Posteriormente, se pasó al atletismo y se convirtió en un especialista de las pruebas combinadas.

Llegó a ser campeón de Cataluña sub-23 y sexto de España, pero, por su estatura, pronto descubrió que su margen de progresión en los lanzamientos era escaso. A partir de entonces, se centró en el skeleton. La película 'Jamaica Bajo Cero' (Cool Runnings, 1993) puede reflejar en parte la vida de este deportista.

Después de descartar el bobsleigh porque era más caro (más de 20.000 euros cuesta un trineo o bob) y porque las lesiones son mucho más graves, se gastó los ahorros que había acumulado desde los quince años y se presentó en la escuela de pilotos acompañado por un amigo.

Su debut en una competición fue única. Mirambell se presentó a la homologación del material con un traje de esquí de fondo, cedido por la Federación Catalana de Deportes de Invierno. Nada que ver con los súper aerodinámicos equipos de sus competidores.

"¿Y el bolsillo?", le preguntó un juez. "¿Es para meter el Red Bull y que os salgan alas?". Mirambell se presentó con unas zapatillas de atletismo a las que puso un rallador de queso y papel de lija. Unos pilotos se las pidieron para rallar el parmesano y los brasileños para hacer caipiriñas. No pasó inadvertido.

El deportista pronto descubrió la peligrosidad de este deporte en el que se superan los 130 kilómetros por hora. En Innsbruck se rompió un dedo circulando a esa velocidad. Estaba haciendo un gran tiempo y los brasileños le estaban aplaudiendo a rabiar así que levantó el dedo en señal de victoria y se produjo el accidente. En la ambulancia firmó su primer autógrafo.

Ante la falta de recursos, Mirambell echa mano del ingenio. Destina la mayor parte del presupuesto a pagar bajadas en los circuitos. Reconoce que los entrenamientos y simulaciones de trabajos que hace son surrealistas.

Tiene una tabla de madera con patines en línea para hacer unos ejercicios y también se le puede ver en la playa tirándose para simular la salida. Creatividad ante la falta de recursos.

Cuando tiene tiempo libre, visiona circuitos, hace ejercicios de relajación, la puesta a punto del trineo, etc. Ha llegado a hacer de extra en una película, limpiar piscinas, pintar casas y recoger patatas para poder ganar un dinero y pagarse los entrenamientos. Tanto esfuerzo le ha valido la pena.

Mirambell intenta compensar como puede a todos aquellos que le han echado una mano durante estos años. Son muchos los que han intentado ayudar al deportista catalán. Ahora se sienten partícipes del éxito. Al barcelonés sólo le quedan unas semanas para disfrutar del sueño olímpico. Vancouver le espera. Como deseaba, celebrará su 27 cumpleaños en los Juegos.

Persiguiendo el sueño olímpico

Casi cinco años después de imaginar que podía ser en unos Juegos Olímpicos de invierno, Ander Mirambell sella su pasaporte para estar en Vancouver.

Mirambell explica, incluso, que durante la semana de la clasificación estuvo «entrenando con poco acierto, teniendo en cuenta las condiciones de la pista natural de St. Moritz. En condiciones normales, mi entrenador seguramente me hubiera abucheado, pero estamos bastante tranquilos y más pensando en prepararlo todo para ir a Vancouver y para el campeonato de Europa de la próxima semana en Innsbruck que a mejorar aquí» .

Como la semana pasada

El deportista catalán explica que el trazado suizo «no me iba mal, pero seguramente debes dejar deslizar más el trineo de lo que hago yo. Tal vez haya demasiados movimientos, y eso no me da tanta velocidad. Sin embargo, en las sesiones he bajado a una punta de velocidad de 129 kilómetros por hora, muy cerca de los 132 de los mejores ». Así, explica que «si repitiera el 24 º lugar como la semana pasada en Königsee, ya firmaría ahora mismo». De momento, esta temporada, el mejor resultado ha sido el 23 º lugar en Lake Placid, en la segunda prueba, y el 18 º en la Copa Intercontinental, una competición de menor nivel, de Winterberg. Mirambell lucha toda la temporada contra los representantes coreano (Cho In-Ho), italiano (Niccolò Drocco) e irlandés (su compañero de entrenamiento, Patrick Shannon).

De estos cuatro pilotos, tres tendrán clasificación directa para los Juegos, ya que sus países obtendrán la plaza que reciben las federaciones menos poderosas. De momento, el italiano no está en la lista. Estos días, además, los tres están en Calgary, ya que participan en dos pruebas de la Copa Intercontinental, que ofrece menos puntos pero donde también es más fácil ser más adelante, ya que no están los mejores del mundo, que serán a Saint-Moritz. Contabilizan los siete mejores resultados, y el hecho es que, según el mismo Mirambell, «tendría que pasar algo grande para que yo quedara fuera». Además, en caso de no conseguirlo por esta vía, hay otra, ya que «seguramente Holanda no llevará ningún representante de skeleton si no hace un Top-8 viernes, o Suiza tampoco hará viajar uno de sus atletas ». Otra de las premisas que hay que cumplir es encontrarse entre los 60 mejores del mundo, y ahora mismo Mirambell es el 52.

Arreglar el trineo

Después de la carrera de St. Moritz, la federación internacional publicará una lista de los clasificados para Vancouver, en concreto para las pistas de Whistler. Si Mirambell no figurara en esta primera, seguramente lo haría en una segunda, que saldría el día 25. De momento, su calendario prevé «enviar el trineo que se me estropeó en Alemania a Letonia para que me lo arreglen de manera definitiva». Él viajará a Innsbruck, en la pista de Igls, para competir en el campeonato de Europa, el fin de semana que viene, y después pasará por casa antes de afrontar los Juegos.

Hablando del olimpismo, en Mirambell le pilló en Suiza la noticia de la precandidatura Barcelona-Pirineos para los Juegos del 2022. La considera «un poco surrealista. Claro que me gustaría que se hicieran en casa, pero hay una inversión muy grande y no sé si el dinero se podrían gastar mejor dar más apoyo a los deportistas ».