El Celta y el Murcia ofrecieron ayer una demostración de feísmo futbolístico en Balaídos, en la que ambos tuvieron que contentarse con el reparto de puntos después de que Natalio adelantase al conjunto grana y Joselu marcase el tanto del empate en el último minuto. La igualada, sin embargo, resulta insuficiente para mejorar sus posiciones en la tabla, en la que se mueven por los últimos lugares. Para los espectadores fue una clara invitación a la siesta, de la que se desperezaron con la desmesurada actuación arbitral.

Pobrísima propuesta

El reglamento futbolístico tendría que castigar a los equipos que juegan en contra del espectador: pierden tiempo desde el primer minuto, rehuyen jugar el balón, se atrincheran en su campo y su única preocupación es aprovechar un fallo o la desesperación del rival para marcar el gol de la redención. Eso fue lo que propuso ayer el Murcia y que estuvo a punto se salirle caro al Celta, que intentó ganar sin lanzar a portería y con un planteamiento poco atrevido. Lo estropeó el ex madridista Álvaro Mejía, al que el colegiado expulsó a falta de media hora por un supuesto intento de agresión a Botelho. Después lo arregló en parte Eusebio moviendo el banquillo.

Apuesta arriesgada

El técnico del Celta sorprendió con la alineación titular, en la que incluyó a Michu, a Catalá y a Botelho. El asturiano, ausente desde principios de diciembre por un problema muscular, ocupó la posición de enlace entre los centrocampistas y los delanteros. Esa que antes pertenecía a Trashorras y que ahora parecía reservada a Aspas. Falto de ritmo y con un rival tan pegajoso, Michu no entró en juego y el Celta se atascó. Tampoco Botelho, como interior izquierdo, se adaptó al partido que propuso un rival tan rudo como el que dirige José González.

Lo mejor, en el banquillo

Con los dos contendientes enfrascados en un juego de despropósitos, en los banquillos esperaban su turno dos de los futbolistas más talentosos de Segunda: Mario Rosas y Roberto Trashorras. Eusebio, aunque tarde, le dio una oportunidad al lucense, que revolucionó el juego de los célticos. A su ex compañero en la cantera del Barça no le concedieron ni un minuto. Lo que agradeció el Celta, que no se ha olvidado de quien el pasado curso dirigió con brillantez el juego del Castellón.

Movimiento de piezas

A Eusebio le salió bien el movimiento de piezas tras el descanso, pues Joselu sustituyó al renqueante Michu y en el último minuto aprovechó una asistencia de Saulo, tras el saque en largo de Falcón, para cruzar el balón con la izquierda y salvar la estirada de Alberto. El silledense anotó el segundo tanto de la Liga en vísperas de que el club contrate a un delantero centro. El otro, Arthuro, fue desplazado ayer a la grada, junto a Abalo.