Eusebio Sacristán ha perdido la sonrisa. La amargura de la derrota ha hecho presa en el técnico, que parece desbordado por los acontecimientos. "Estoy rabioso, jodido y muy dolido", espetó ayer cuando se le interrogó por su estado de ánimo. "No nos merecemos todo lo que nos está pasando", precisó. Y agregó: "Lo digo con convencimiento, no por decir ni por buscar justificaciones. El club no se merece esto, la directiva no se lo merece y la afición tampoco. Estoy jodido porque nosotros trabajamos día a día con toda nuestra ilusión y nuestras ganas buscando mejorar y realmente no tenemos ningún premio a nuestro esfuerzo". "Es muy duro –prosiguió– ver cómo los jugadores se dejan la piel en los entrenamientos y no tenemos ninguna recompensa. Salvo en el partido de Copa, no hemos tenido ni una sola circunstancia favorable".

Eusebio admitió que la falta de resultados es un pesado lastre. Rechazó que hubiese exceso de ansiedad aunque reconoció que la desconfianza comienza a pasar factura. "No es que el equipo se haya sentido ansioso pero es verdad que ha llegado un poco la desconfianza. La desconfianza de ver que es otro palo más en un partido en el que no estábamos teniendo la claridad y el dominio de otros. Es cierto que su gol nos ha hecho más daño que en otros partidos en los que nos hemos repuesto y hemos conseguido empatar o hemos estado ahí cerca. No hemos sabido llegar con la tranquilidad que requería la situación", confesó.

La decisión de mantener a Arthuro en el campo pese a su deficiente estado de forma le valió al técnico celeste la animadversión de la grada. Eusebio la justificó. "Íbamos por debajo en el marcador y nuestro hombre de referencia, nuestro jugador de área era él. No veía otro jugador que pudiera hacer esta función", explicó. Y precisó: "Está claro que sale de mucho tiempo de inactividad y necesita confianza y el apoyo de todos. Quizá no haya estado tan acertado como nos hubiese gustado pero es nuestro jugador de referencia y el que tiene que estar en los momentos difíciles".

El técnico celeste entiende también los pitos que recibió de la afición. "Los entiendo totalmente. Es muy duro lo que están pasando y lo que les toca sufrir. Estábamos todos muy ilusionados con un buen principio de pretemporada que aumentase nuestro autoestima y se nos niega partido tras partido. Es duro pero hay que afrontarlo con entereza sacando fuerzas de dónde sea", apuntó con un discurso peligrosamente parecido al del pasado curso.