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Alfonso Agra Actor

“No se hacen comedias buenas”

“Me gustaría hacer un papel que enlace con la época vital que estoy viviendo, ya he pasado los 60 años”

Alfonso Agra.

Su rostro es de los más asiduos en la gran mayoría de las series de éxito emitidas por la televisión autonómica gallega y su voz resulta familiar por haber doblado al gallego a personajes de numerosas producciones extranjeras. El actor arzuense afincado en Vigo Alfonso Agra, que se inició en el mundo de la interpretación hace cuarenta años, en la década de los 80 con la compañía viguesa Artello Teatro, primero, y continuó sobre el escenario con el Centro de Arte Dramático Galego, más tarde, recibirá el Premio Cinema Galego del Festival de Curtametraxes de Bueu –FICBueu 2021–, galardón que reconoce la trayectoria de profesionales del audiovisual gallego y que anteriormente recibieron intérpretes como Antonio Durán “Morris”, Mabel Rivera, Luis Zahera o Malena Cruz.

–¿Se imaginaba en sus comienzos cumplir 40 años como actor?

–Empecé en esto de la interpretación en la época de “la movida” y andaba también metido en algún grupo de música Lo hice como un juego, porque era adolescente y quería pasarlo bien. Lo del teatro con Artello fue todo rodado y ya continué por ahí, es decir, entré por casualidad en esto y es una alegría decir que llevo 40 años y se me reconozca mi trayectoria.

–Actor de teatro, doblador en la TVG, interprete en las series más exitosas de la gallega y en largometrajes, presentador de programas en radio y televisión, ¿siente que esto también le vino rodado?

–Si después de cuarenta años aún puedo dedicarme a esto y tener una familia normal –a veces la gente piensa que esto de ser actor es algo sospechoso–, creo que de alguna manera tengo capacidad. En Galicia haces de todo porque te van saliendo cosas y por necesidad. Empecé en teatro y después en Radio Popular a hacer un programa divertidísimo los sábados por la mañana, a las 10, con Morris y Manuel Pombal. Imáginate lo que eran los viernes por la noche en años 80, íbamos al estudio después de dormir dos horas o sin haber pegado ojo. Cuando empezó a andar la TVG en 1984 y quiso hacer cosas dramatizadas, echó mano de los actores de teatro. Todo fue yendo. Apareció el doblaje, fundamental, si hoy aún me dedico a esto es gracias a él. El cien por cien de los actores tuvimos que compaginar cosas, unos con el doblaje, otros dando clases.

–¿No se planteó ir a Madrid para dar el salto al audiovisual estatal?

–Sí, lo pensé aunque no me apasionaba. Cuando tenía 20 y 30 y pico años aquí me iba de maravilla, tenía mucho trabajo. Después de la crisis económica, pensé la opción, pero irme a Madrid podía suponer estar años a lo mejor sin hacer nada. En ese momento no me conocían allí; ahora sí. No tendría el éxito garantizado y entraría en la rueda a competir con compañeros. Ahora no me lo planteo, salvo algo puntual. De todos modos, el audiovisual ha cambiado y con las plataformas digitales es habitual hacer trabajos en Galicia con repercusión similar a que si lo hicieras en Madrid.

–¿Las plataformas digitales son un balón de oxígeno para actores como usted?

–Sí pero no tanto como se podía pensar. Las producciones de televisión son un negocio que tira de una base de actores más conocidos, lo que es bueno. Recurren a actores gallegos, por lo menos los que no somos demasiado conocidos allí, para hacer cosas de gallegos, digamos, o papeles intermedios. No es lo mismo que pongas a José Coronado de cabecera en una serie que me pongas a mí.

–Formó parte del elenco de “Fariña”, que marcó un antes y un después en el audiovisual, en la manera de hacer series que triunfan desde la periferia, ¿qué supuso esa experiencia en la que encarnó al narco Manuel Bustelo?

–Ese impacto que ahora recogen las plataformas digitales empezó con el bombazo de “Fariña”. A nivel de actores, Carlos Blanco, Morris y yo trabajamos un poco más desde esa serie, pero no fue el maná. De hecho llevo un año sin trabajar, desde que acabé “El desorden que dejas”.

–En Galicia sí le conocen por la calle, ya que participó en casi todas las series de la TVG de éxito como “Pratos Combinados”, “Serra Moura” o “Mareas Vivas”, ¿el papel de su vida fue en alguno de los trabajos que ha hecho o aún está por llegar?

–Lo pasé especialmente bien en ”Terra de Miranda” porque aunque vivo en Vigo desde pequeño, estuve en Arzúa hasta los siete años, y el mundo rural me quedó marcado. Ese papel me era cercano y fue divertido porque andábamos metidos en aldeas remotas, en ese mundo de interior. Ahora que ya paso de los 60 años y he avanzado mucho -sobre todo en pulir miedos e inseguridades que siempre he tenido como actor- aún confío en que vengan cosas importantes.

–¿Algo que le gustaría hacer?

–Es complicado escapar de la temática escabrosa de moda -con “Serramoura grabé durante seis años crímenes más espeluznantes en cada capítulo-. Comedias buenas no se hacen, me gustaría participar en una. Estoy en una edad compleja y me gustaría hacer algo relacionado con la época vital que estoy viviendo.

–¿Siente nostalgia de los 80 y los 90?

–Fueron tiempos buenos, éramos jóvenes y relativamente ingenuos. No había esa urgencia económica que te pesa cuando te haces mayor. Pero cada etapa tiene sus cosas y hay que apandar con lo que toca.

–¿Ha aparcado el teatro?

–El teatro me ha aparcado a mí. La última obra que hice fue hace cuatro años. Ahora mismo en Galicia se hacen pocos cosas y no me llaman. Si me ofrecen algo mañana, no lo dudo. El teatro es especial, más complejo y duro incluso físicamente; el audiovisual es más rentable te ve más gente.

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