Sonidos ancestrales para una banda sonora de una película, "María Solinha", que viaja del presente al pasado para reconstruir la leyenda de María Solinha, una viuda rica acusada de brujería por la Inquisición a principios del siglo XVII. El autor de la banda sonora, el músico y compositor Abraham Cupeiro, la escribió prácticamente en un avión, ya que está viajando por todo el planeta tocando instrumentos milenarios como el carnyx celta (también escrito karnyx) con las más importantes orquestas sinfónicas del mundo.

Precisamente este es uno de los instrumentos insignia incluidos en la nueva película del director y productor ourensano Ignacio Vilar, cuya música tiene un marcado carácter metafórico, según Cupeiro, en la que cada instrumento simboliza un aspecto de la historia. El carnyx, una réplica construida por el propio músico lucense, representa el miedo ancestral. "El carnyx era una trompeta de hierro que tiene una cabeza de dragón en su pabellón y que empleaban los celtas para aterrorizar a sus enemigos durante la batalla", explica.

El músico invirtió casi 380 horas en esta réplica, hecha a mano, para la que se basó en una moneda romana donde aparece un legionario sosteniendo este instrumento, ya que esta trompeta no fue usada exclusivamente por esta civilización. Cuando la construyó solo se conservaban varios fragmentos, pero en 2004 apareció uno íntegro en un templo de Tintignac (Francia). Allí pudo constatar que la réplica solo difiere del original en 23 milímetros.

Otro instrumento ancestral que rescata la banda sonora de "María Solinha", también de viento, es el cuerno de pastor, concretamente el hallado por Carlos Tallón en un monte. Este es el único instrumento que no pertenece a la colección del musicólogo, y simboliza a las mujeres sabias. "Tiene un sonido espectacular y muy evocador. En la antigüedad, las mujeres que eran sabias eran consideradas brujas. Estas mujeres, además, tenían una conexión especial con el bosque, al igual que este cuerno de pastor, hallado en la foresta gallega", explica.

Otro instrumento milenario que sonará en "María Solinha" es, probablemente, uno de los más antiguos empleados por el ser humano para hacer música: la caracola, que en el largometraje representa el amor. "Porque al final, esta película es una historia de amor. Hemos hecho un tratamiento muy cercano a la voz humana, de modo que cuando lo escucha no sabes qué instrumento está sonando", añade el músico, en un descanso de la grabación, en Abrigueiro Estudios, Lugo.