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David Trueba: "Fabricar la ignorancia es el máximo grado de censura"

David Trueba le decía a su madre que no quería tener jefe, sino hacer lo que le daba gusto, un enfoque que le permite ganar premios literarios y a la vez hacerse un hueco en Cineuropa

David Trueba en Santiago, en Cineuropa, con su película "Si me borrara el viento lo que yo canto". // Xoán Álvarez

Unos presentan un libro, otros una película y después está David Trueba, quien esta semana acudía a Santiago por dos razones y, si me apuran, tres: recibió el premio Novela Europea Camino de Santiago por "Tierra de Campos" y presentó en el festival Cineuropa su documental "Si me borrara el viento lo que yo canto", pero también habló de su último libro, "El río baja sucio", que algunos definen como novela juvenil.

-¿Es "El río baja sucio" una novela juvenil?

-No he creído nunca en los géneros y tampoco que los chicos deban leer libros diferentes a los adultos, pero sí quería entrar en casa por la habitación de los adolescentes porque me parece que es el lugar y la edad en la que se empieza a dejar de leer y no debemos tirar la toalla.

-La naturaleza da la respuesta que buscan, dice en el libro.

-Cuando te planteas las grandes preguntas de la vida, la naturaleza te las responde. Si no tienes relación con ella, te sientes muy perdido. Creo que la observación de la naturaleza es más importante incluso que el ecologismo como idea, porque, cuando la observas, entiendes muchas cosas de tu propia existencia, porque al final estamos rodeados de máquinas, de asfalto, de cosas inhumanas, pero pertenecemos al reino animal y se nos ha olvidado.

-En "El río baja sucio" combina un adjetivo oscuro con una metáfora clásica de la vida.

-Es de lo que habla: los adolescentes se enfrentan por primera vez a un río que creen puro y maravilloso y descubren que está lleno de afluentes contaminantes y la clave de la vida es no perder tu limpieza, pese a que el río esté sucio; conseguir avanzar, no dejar que te invada el desánimo. Eso que dicen los corruptos de "todos lo hacen", no es verdad, hay muchísima gente que se comporta con una honestidad heroica, lucha por ser uno de ellos. Ese es el reto.

--¿Qué héroes le gustan?

-Un tipo anónimo que hace bien su labor y siembra a su alrededor de cosas buenas la vida es un héroe mayor que los que están en los monumentos, que suele ser porque han matado a más enemigos que los demás. Para mí la heroicidad suele consistir en una cosa anónima y discreta.

-Lo destacaba cuando hablaba de "Tierra de campos".

-Me parece que la historia del hombre se escribe en letra minúscula y luego los historiadores les ponen las mayúsculas y te hacen creer que la Transición fueron Suárez y el Rey tomándose unos cafés a deshoras cuando en realidad arranca al final de los 50 y los 60 en las familias, con los hijos que les dicen a sus padres "todo este autoritarismo, esta manera de vivir, está equivocada, así no se puede ser feliz". Entonces empiezan a empujar un cambio que 15, 20 años después, es una transformación social.

-Lo que pasó en las elecciones, ¿también se rumió antes?

-Los ciclos electorales suelen ser muy caprichosos porque son más bien decisiones de oportunismo político, hay un exceso de cálculo. Déjate llevar por tu instinto, por tus principios y seguro que llegas más lejos. La vida es una carrera de largo aliento; no puede estar condicionada por las opiniones. Se lo digo a los políticos o a los jóvenes que empiezan a escribir o a hacer películas: No os fiéis ni de las modas ni de lo que se lleva, sino de lo que queréis hacer. Porque al final lo que te representa es lo que has hecho y no lo que pudiste hacer.

-"Si me borrara el viento lo que yo canto" habla de la canción protesta. ¿Son tiempos de que vuelva?

-Los tiempos se repiten cíclicamente. La canción protesta es como todo: la protesta en sí misma no vale, debe ser la canción buena. Creo que el éxito de la canción de "los gallos", de Chicho Sánchez Ferlosio, del que hablo en el documental, es que los elementos que la llevaron a crearse perviven en el tiempo.

-Se ponen en el punto de mira opiniones, chistes... ¿Tenemos más libertades ahora?

-Las mismas que seguramente en cualquier otro tiempo. Me sorprendió cuando era joven descubrir que mucha gente que había vivido durante el franquismo había sido libre en su vida cotidiana, en su creatividad, y yo les decía, pero ¿cómo se puede ser libre en una época en que hay una dominación política? Y me decían: Porque la independencia tiene que empezar en la persona. Ahora pasa lo contrario, que todo el mundo cree que es libre y la realidad es que hay unos elementos de presión también brutales, pero mucho más disimulados. Ya no existe el censor, pero sí modos de censura muchísimo más sutiles y el principal, el que ejercen desde televisiones hasta los organismos máximos de poder, es el de "esto no le interesa a la gente". La fabricación de la ignorancia para mí es el máximo grado de censura y suele empezar con "esto no le interesa a la gente".

-En "Casi 40" retomó a los actores de su opera prima. ¿Se atreverá a filmar un "Casi 60"?

-Los actores quieren que la haga cuando tengan 60. Les digo, bueno, si me respeta la salud, encantado, porque los quiero mucho y aparte el cine tiene una cosa muy bonita que es la captura del tiempo en un momento concreto.

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