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Ledicia Costas: "Los niños no están preparados para afrontar lo que hay fuera de la burbuja"

"Será un año importante: saldrán libros míos en Corea, Bulgaria, Rumanía y Portugal"

La escritora gallega Ledicia Costas // Eli Regueira

"Algo infame es algo que no se puede soportar, un acto terrible. El libro habla de eso, de actos inconcebibles. 'Infamia' (Xerais) recoge muy bien las distintas tramas que se tratan. Al final, yo quería escribir un libro humano". Ledicia Costas (Vigo, 1979) habla así de su última obra, "Infamia", donde la abogada y profesora de Derecho, Emma Cruz, llega a Merlo (lugar con muchas similitudes con Vigo) donde la desaparición de dos hermanas hace 25 años atravesará su vida. Aviso: la historia se colará en sus sueños para pedirles que no paren de leer y pensar en el final.

--En esta novela, se cuestiona si vale de algo denunciar los casos de abusos y violaciones perpetrados por religiosos ante la Iglesia...

-A las víctimas, muchas veces, no les queda más remedio que acudir a la Iglesia, que es quien está tapando todos esos casos, porque las leyes están redactadas de tal forma que semejan favorecer a los acosadores en lugar de a las víctimas. El tema de las prescripción es gravísimo; hay muchos casos que ya prescribieron y las víctimas no pueden acudir a la vía penal porque la causa se archivaría. Si haces una búsqueda en Internet tienes que ahondar mucho para encontrar casos. Yo no sabía que había un cura de la Diócesis Tui-Vigo cumpliendo varios años de prisión por un caso de abusos (se trata del excura de Baredo, Baiona, Edelmiro Rial, que estuvo en prisión 12 años por realizar abusos y violaciones a menores). La literatura debe estar implicada con la sociedad en la que vive. Pensé que este libro podía servir para abrir este debate.

-Otra reflexión de la novela es sobre cómo el Código Penal (mal)trata a las víctimas de abusos o violaciones sexuales.

-Para la escritura del libro, me he documentado y recuperé el manual de Derecho Penal que estudiaba en la universidad. Aluciné porque no recordaba que tenía contenidos que, según mi punto de vista, rozan el machismo. Me parece gravísimo. No sé si en la Universidad de Vigo se sigue manejando ese manual. Me gustaría saberlo. Si es así, habría que movilizarse. Ese manual analiza el Código Penal, que es del año 1995. Desde entonces, la sociedad ha evolucionado y debe ser reformado. Lo vemos con las sentencias que están saliendo con las diferentes manadas. Es una pandemia de manadas condenadas por delitos de abusos sexuales cuando son violaciones. Es para echarse las manos a la cabeza. El Código Penal está obsoleto.

-En "Infamia", atendemos a escenas o recuerdos de la infancia de los personajes. ¿Echa de menos las infancias de antes?

--Sí. Las niñas y los niños han pasado a ser el centro. Viven dentro de una burbuja. Yo no soy quien para juzgar pero observo que padres y madres tienden a proteger a los niños hasta tal extremo que después no están preparados para enfrentarse a lo que hay en el exterior de la burbuja. Así se crean muchísimas frustraciones y problemas que están empezando a sufrir los adolescentes. Antes, teníamos que buscarnos la vida. Ahora, no. Se les da todo hecho. Algo tan básico como hacer los deberes, ahora madres y padres hacen los deberes con los hijos. No lo entiendo.

-¿En qué medida pasa factura a la sociedad la relación perdida con el campo?

-Recuerdo que me crié subiendo por los árboles, prácticamente en un monte; era una libertad absoluta. Supongo que tiene que ver con la despoblación de las aldeas y del rural. Todo el mundo huye hacia donde hay más posibilidades, que son las ciudades. Se está perdiendo ese contacto con la naturaleza y me parece dramático. Creo que ese contacto con la naturaleza tiene que ver con la libertad, van de la mano. La infancia tiene que tener mucho de libertad vigilada.

-Tras leer este libro, surge la reflexión si debemos temer más las malas acciones de un individuo o de la comunidad.

-Yo misma hice esa reflexión y no tengo muy clara la respuesta. El silecio cómplice de la comunidad muchas veces es más peligroso que lo que te puede hacer un individuo. Quise poner ese debate encima de la mesa porque muchas veces las comunidades son las que están tapando hechos que son gravísimos. Contra eso es necesario luchar.

-El libro tendrá versión castellana. ¿Qué proyectos tiene?

-Sale con Destino en noviembre. Es una noticia magnífica porque entro a formar parte de un sello del grupo Planeta, con todo lo que eso supone, y estoy contenta de que la novela circule en gallego y dé el paso al castellano. Además, en octubre, saco obra para tercero de Primaria que es "Conexión Macarrón" con Edicións Xerais. Durante el verano, escribiré la segunda parte de "La señorita Bubble".También será un año importante en traducciones porque Esmeraldina se publicará en coreano; al rumano, se traducirá "A Baladada dos unicornios"y 'Bubble'. Algún libro también saldrá en búlgaro: y 'Escarlatina' y 'Esmeraldin'a se publicarán en Portugal. Va a ser un año decisivo por salir de Galicia y entrar en otros sistemas literarios.

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