Este colectivo de amantes del cine quiere compartir su espacio en la calle Uruguai en Vigo con aquellos que también celebran la supervivencia del celuloide. Esta iniciativa toma forma con el laboratorio fílmico que cuenta con todo lo necesario para filmar, revelar y digitalizar el material grabado tanto en ocho como en dieciséis milímetros.
Pablo Gómez es el director de la Agrupación Cinematográfica Galega donde Alfonso Durán se encarga de la producción, Andrés Aguiar del diseño y la comunicación, mientras que Olalla Lojo y Francisco Javier Steinbrüggen son los técnicos de digitalización.
"Este verano nos lanzamos y pintamos una habitación de negro para hacer el cuarto oscuro, hicimos la estructura de aguas, compramos tanques para revelar películas y con visionadoras y empalmadoras. Ya teníamos proyectores y cámaras. Vimos que podíamos construir el laboratorio pero que nos faltaba la parte del transfer. Queríamos que alguien pudiese llegar aquí e idear la película, filmarla, revelarla, editarla, proyectarla y hacer el transfer a digital para moverla después por festivales", explica el director, quien detalla que aquellos que lo deseen podrán usar el laboratorio haciéndose socios o presentando un proyecto a la Agrupación, que valorará su viabilidad.
A lo largo del año, este colectivo también organiza cursos de formación para aprender a manejar las cámaras analógicas como la Super 8, como el que preparan para el mes de marzo con el especialista en cine experimental Luis Macías.
La otra gran novedad de la Agrupación es que han logrado profesionalizar su Archivo Gallego de Cine Doméstico. "Se nos ocurrió buscar financiación en empresas de aquí y encontramos a Café Candelas, a quienes les interesó mucho nuestra idea. Así hemos conseguido comprar una estación de trabajo para digital que escanea directamente al sensor, no graba a una cámara, y está asociado a un ordenador. La cámara, el sensor y el ordenador se comunican a través de un software que permite hacer una digitalización totalmente profesional", cuenta Gómez.
Es un digitalizador fotograma a fotograma que pretende alargar la vida de las películas domésticas grabadas por las familias gallegas con sus cámaras particulares. El Consello da Cultura Galega también cuenta con un archivo, en su caso centrado en la emigración, que trata de reunir documentos gráficos de los gallegos que tuvieron que marcharse. Es un material muy sensible y del que no suelen existir copias, por lo que hay que dejarlo en buenas manos. La Agrupación anima a que aquellos que tengan grabaciones caseras en celuloide se las presten para digitalizarlas y. de este modo, que esas bodas, cumpleaños y vacaciones en familia disfruten de una nueva vida en las pantallas que han invadido nuestro día a día.
"Esta digitalización nueva permite hacerlo de forma profesional en HD a Super 8 y a Regular 8, que es el formato anterior y también hay muchas grabaciones en él. Si uno se pone a pensar, el cine doméstico es el primer documento audiovisual que retrata la vida doméstica de la historia del cine documental. El Super 8 popularizó las grabaciones caseras. Por primera vez, la gente tuvo la oportunidad de grabar lo que le pasaba por sí misma", relata Gómez.
