El conocido pintor Eduardo Fernández Rivas, natural de Sada, falleció esta madrugada a los 69 años de edad. La casa natal de este artista, que a los 14 años ya participó en una exposición y ganó un premio de pintura, está ubicada en Fiunchedo. Su obra se enmarca en las tendencias artísticas de la generación de los setenta, desarrollando desde esta época diferentes manifestaciones, propias de la evolución de este hombre original e inquieto.

Eduardo Fernández Rivas nació en Sada (A Coruña) en 1948 y estudió dibujo y pintura con Salvador Querolt allí mismo. Después, en A Coruña, continuó su formación artística con Aurelio de Lombera, y al tiempo que cursaba el bachillerato, asistió a clases en la Escuela de Artes y Oficios de A Coruña donde también estudió solfeo y piano en el conservatorio.

Como pintor bebió de los grandes maestros de la pintura universal, de los que muy joven aprendió visitando en Madrid el Museo del Prado, sobre todo tres figuras claves: Velázquez, Goya y Picasso, que como a él le gustaba repetir eran "los tres pilares de su pintura".

Su lenguaje es expresionista, matizado por una composición y color muy cuidados, en los que siempre se denota su espíritu innovador y aventurero, mientras su actividad está siempre precedida de un estudio, una exhaustiva investigación y de un profundo conocimiento.

En palabras de la crítica de arte inglesa Lavinia Morrison, "estamos ante un artista original, de una rebeldía poco frecuente en los tiempos que corren, que logra crear una obra personal, libre de influencias frívolas. Rivas es uno de los pocos artistas capaces de enfrentarse a las tendencias del momento y sentar las bases de una nueva corriente pictórica. Su obra jamás nos dejara indiferentes".

Pero Rivas comenzó siendo famoso en A Coruña como retratista. En el mismo estudio de su maestro realizó los retratos de las personalidades académicas coruñesas del momento. El maestro Lombera le llamaba su "diamante en bruto", en aquellos años, de los 18 a los 21.

En esa misma época decidió dedicarse al estudio del Antiguo Egipto. Enamorado de esta civilización los que conocieron a Rivas saben de su gran atracción por la figura de Akenatón, al que considera uno de los personajes más completos de la historia universal. Un faraón que, según él, "se rebeló contra su tiempo" y que "impuso su propia teología doctrinal".

Rivas investigó, tanto en museos, como en los yacimientos arqueológicos, adquiriendo una gran formación en el tema, tanto que dio conferencias tanto en asociaciones culturales como en centros académicos y en televisión, como la que preparó bajo el título, "En las Riberas del Nilo".

Rivas, también escritor y conferenciante además de investigador sobre el Antiguo Egipto, ha realizado exposiciones individuales en distintas localidades gallegas y también en Madrid, Italia o Nueva York, además de participar en otras colectivas.

Fue miembro de la Asociación Española de Egiptología y miembro asimismo de la Asociación de Amigos de Alejandría, entre otras, y publicó ensayos en diferentes medios escritos ("Moisés", "Alejandro Magno en Egipto"). Entre otras instituciones, tiene obra en el Centro Gallego de Arte Contemporáneo, Ayuntamiento de A Coruña, o en la Colección Anuart de Barcelona. Tiene también obra en importantes colecciones privadas, tanto en España, como en el extranjero.

Como se publicó en la revista "Temas" de Nueva York, en marzo de 1998, "Eduardo F. Rivas, por méritos propios, tiene ya un lugar destacado en la plástica internacional".