"Poco conocido por la gente joven y mal recordado por la gente mayor". El director Diego Mas Trelles reivindica la figura del artista catalán Xavier Cugat en la película documental "Sexo, maracas y chihuahuas" que se podrá ver el próximo jueves en un único pase en los Multicines Norte de Vigo, a las 20.00 horas.
"La película está basada en algunos testimonios de él que estaban inéditos y grabados en cintas de audio y en muchísimas imágenes de archivo, sobre todo provenientes de Estados Unidos que fue donde él más desarrolló su carrera", explica el director.
Cugat se hizo famoso en la época del cine mudo, tocó en el Waldorf Astoria de Nueva York e inauguró casinos con la mafia. Una carrera polifacética y dispar a partes iguales que demuestra la libertad de este artista emigrado a Cuba desde Cataluña con cinco años y que a los 17 se marchó solo a Estados Unidos para tratar de dedicarse a la música. Tocaba el violín cuando llegó pero de Cuba se llevó el mambo y la salsa. "En el documental hay una entrevista con Chucho Valdés en la que asegura que sin Cugat no habría existido la salsa", apunta Mas.
El documental, que se presentó en el Festival de Málaga, está producido por Albert Solé de Minimal Films y cuanta con el apoyo de TVE y TV3. "Quería contar su historia porque me gusta todavía su música. Descubrí al personaje en películas musicales de los años cincuenta americanas -como "Escuela de sirenas"- y me preguntaba quién era ese que hacía de sí mismo. Me hacía mucha gracia y empecé a investigar. Ya casi no se encontraban discos de él y poco a poco me di cuenta de que era un hombre que había vivido mucho y pensé que había que rescatar su figura del olvido", cuenta Mas.
Xavier Cugat nació en 1900 y murió en Barcelona en 1990. Era un niño prodigio, a los 14 años era el primer violinista de la sinfónica de La Habana. En sus inicios en EE UU tocaba el violín y hacía caricaturas para comer. A partir de ahí, se va haciendo famoso tras lograr que un periódico de Los Ángeles le contrate par hacer caricaturas a artistas. De esta forma entra en contacto con personas destacadas del momento y conoce, entre otros a Charles Chaplin, a quien le tocaba tangos y con el que estuvo a punto a rodar una película. "Cugat le hizo los carteles a la película 'Las luces de la ciudad' (1931) de Chaplin", apunta Mas.
Este polifacético músico dirigió el primer cortometraje sonoro de la historia y fue el primero en grabar un disco con Frank Sinatra. Se convirtió en una verdadera estrella con el auge de la radio en Norteamérica y posteriormente supo encontrar su espacio en la televisión.
Cugat regresa a España a los ochenta años y se instala en el entonces hotel Ritz de Barcelona, en el que se hospedó durante los últimos diez años de su vida con sus inseparables chihuahuas. Murió arruinado, dice, por haberle dado dinero a todas sus mujeres, y terminó pagando la cuenta del hotel vendiendo sus caricaturas.
"Su historia es fascinante y divertida. Él descubrió a Rita Hayworth y a Woody Allen. A los que conocen al personaje les animo a que vuelvan a recordarlo pero a los que no lo conocen les recomiendo que se acerquen", afirma el director.
