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Couso pone en marcha un plan pionero que guarda agua para futuras sequías

Consiste en crear surcos que favorecen la filtración de la lluvia a los manantiales y evitan escorrentías a los ríos y al mar | Se completa con plantaciones que retengan la humedad

Operarios de la comunidad de montes de Couso crean los surcos o “swais” para retener el agua.

La prevención es la clave a la hora de combatir los temidos incendios. Pero también será una herramienta útil para combatir las sequías como la que este año afectó a toda Galicia. Así lo creen los dirigentes de una de las comunidades de montes más innovadoras del territorio gallego, la que puede presumir de un premio de la ONU por la gestión de su territorio al servicio de los vecinos, la de la parroquia gondomareña Couso. Su nuevo proyecto es pionero y trata de almacenar el agua que abunda en la temporada de lluvias para disponer de ella cuando más escasea.

La iniciativa consiste en “sementar auga”, tal y como lo explica el presidente de la entidad, Xosé Antón Araúxo. ¿Cómo? “Evitando as escorrentías superficiais que devolven de inmediato a agua das chuvias ao mar e favorecendo as escorrentías subterráneas que alimentan os mananciais, almacenan grandes volumes de auga e retrasan a chegada das augas ata os ríos e o mar”, indica. Para ello, los comuneros crearán surcos en el terreno que se denominan técnicamente “swais”. Son regatos de infiltración en curvas de nivel topográfico, evitando pendientes que dejen escapar el agua. Estas canalizaciones proporcionarán un mayor porcentaje de humedad al terreno, que facilitará la colonización de multitud de hongos y bacterias, potenciando la microbiología, de manera que las tierras ganan en fertilidad y favorecen la agricultura regenerativa.

A partir de ahí, la intención de los comuneros es sembrar hierbas medicinales como serradela, trébol, mostaza centeno u hortalizas como el rábano daikon con el objetivo de acolchar, fijar y nitrogenar la tierra y favorecer el paso a la última fase.

Finalmente se creará el Bosque Comestible, un espacio en el que convivirán dos tipos de árboles. Por un lado, especies fijadoras de nitrógeno como sauces, almendros o saúcos e incluso arbustos como las xestas. Por otro, más de 40 variedades de frutales diferentes.

“Todo isto permitirá posuír acuíferos máis abundantes e copiosos durante máis épocas do ano e prover a parroquia dunha despensa natural e pública para fornecerse de froitas de tempada”, destaca Araúxo. “Unha foresta mesta ten como consecuencia unha menor evotranspiración. Unha menor evaporación das augas e humidades que nas zonas áridas ou con escasa vexetación, por tanto, tamén contribúe a preservar os espazos húmidos e os mananciais”, concluye el presidente de los comuneros de Couso.

Ampliando el volumen de agua de los acuíferos que surten las tres traídas vecinales de la parroquia, la comunidad de montes confía en superar las próximas sequías sin restricciones, y poner su granito de arena a un problema global. Se estima que 2.500 millones de personas, un 36% de la población mundial, habitan en zonas con escasez de agua. Otros 2.300 millones se enfrentaron a una situación de estrés hídrico este año, entre ellos, la comunidad gallega.

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