El departamento autonómico de Augas de Galicia localizó en una inspección rutinaria un vertido de fecales hacia la bahía de Baiona procedente de una empresa de Nigrán. Su sistema de bombeo de residuales hacia el saneamiento no funcionaba, por lo que enviaba las aguas a la red de pluviales. Los técnicos comprobaron en su último control que la instalación había resuelto el problema como se le había requerido.