El colegio Nosa Señora dos Remedios de Ponteareas es uno de los mejores de Galicia en cuanto a la inclusión se refiere. Y es que el centro educativo forma parte de la lista de los ocho que la Xunta premia por sus buenas prácticas en la materia.
Se trata de un reconocimiento que convoca la Consellería de Cultura, Educación e Universidade con el objetivo de impulsar la atención a la diversidad y a la inclusión educativa y que en esta edición otorgó, en la categoría de Educación Infantil y Primaria, el tercer puesto para el Nosa Señora dos Remedios de la villa del Tea. El objetivo del programa que presentó este centro educativo es que “aquí cabemos todos”, tal y como explica su director José Ángel Penas.
Fomentar el cooperativismo
Penas cuenta que “quisimos mejorar la cohesión social del grupo, del alumnado y fomentar el cooperativismo” y para eso “le dimos un giro a la perspectiva de la educación”. Los niños y las niñas de los primeros niveles de infantil y de primaria se han deshecho de los libros y, ahora, “trabajan por proyectos”. Es este un mecanismo que permite “partir del interés del alumnado para abordar los temas, siempre teniendo claro cuál es el objetivo final”. De esta forma, “no se valora sólo la capacidad de memorización, ni hay obsesiones con terminar las páginas de un libro” puesto que los proyectos “permiten seleccionar contenidos e ir al grano, focalizándose en núcleos de interés, es mucho más nutritivo de esta forma”. Y los padres y las madres del colegio así también lo piensan, tal y como explica el director.
Ayuda de una tablet
Otro de los elementos importantes que hizo que el Nosa Señora dos Remedios se alzara con un distintivo de la Xunta que le reconoce como Centro Educativo Inclusivo tiene que ver con mejorar la comunicación entre una alumna, que tiene problemas de aprendizaje en el habla, con el resto de sus compañeros y de sus compañeras. Para solventar esta barrera, el colegio puso en marcha todo el engranaje para conseguir una tablet que, mediante un sistema informático, la niña fuera capaz de transmitir sus deseos y expresarse a través de unos pictogramas que incluye el programa.
"Quisimos mejorar la cohesión social del grupo, del alumnado y fomentar el cooperativismo”
Los profesores y las profesoras decidieron atajar el problema cuando se dieron cuenta de que “había ciertos aislamientos” y “algunas caras tristes” a la hora de que el conjunto del alumnado se relacionara. Por eso, apostaron por hacer del patio un lugar dinámico y creativo “para que existan muchas posibilidades de juego” sin que impere “el tradicional fútbol”. Algunos ejemplos son el banco de la amistad o nuevos juegos que buscan “erradicar las prácticas monopolizadoras de los patios y la implementación de un sistema de comunicación para todos y para todas”
La idea surgió en el curso académico del 2019 y 2020 pero la llegada del COVID-19 impidió su total desarrollo, retomaron el proyecto en el siguiente año lectivo, 2020-2021, y ahora esperan que la pandemia dé una tregua para llegar al 100% de la ejecución de "Aquí cabemos todos".
