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El hombre que puso orden a la “movida” baionesa

El inspector jefe de la Policía Local, Pedro Alonso, se jubila tras 41 años de carrera, los últimos 26 en la villa real

Pedro Alonso,antes de dejar la Jefatura de Policía. | // MARTA G. BREA

Corría el año 1995. Las noches de verano eran locas en Baiona. La villa vivía el esplendor de su “movida” y miles de personas se concentraban en torno a los míticos locales de copas de la recta de Sabarís y del casco vello. Una época dorada para el sector turístico que no lo era tanto para el descanso de los vecinos. Pese a que eran más laxas que las actuales, las normativas de horarios de cierre y ruidos se respetaban poco. Fue el primer gran reto que se marcó Pedro Alonso Fernández al asumir por aquel entonces la Jefatura de la Policía Local. Nada más llegar, procedente de Vigo y con una experiencia de algo más de una década en el cuerpo municipal vigués, abrió una serie de expedientes que llevaron al gobierno municipal de la época a precintar 15 establecimientos de ocio nocturno. “Se montó una revolución, los propietarios de los negocios llegaron a encerrarse en el Concello para defender sus intereses y hubo conflicto. Pero aquello sirvió para marcar un antes y un después. Desde entonces se generó otra dinámica. Los hosteleros apostaron más por ofrecer diversión todo el año de forma más controlada e ir de la mano de la Administración”, recuerda tras dejar el puesto hace unos días. Acaba de jubilarse tras cuarenta años de servicio, los 26 últimos en la villa real, y hace un repaso a su carrera.

El Consejo de Ministros le otorgó la Medalla al Mérito Policial en 2007

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No es que los problemas del ocio nocturno se terminasen entonces, sino que “evolucionaron”, señala. Son los botellones los que traen de cabeza ahora a los agentes, que tratan de disolverlos “en precario”. “No se puede pedir a un colectivo sin medios que afronte un servicio con la mismas garantías que con medios.”, subraya.

Hace años que la Policía baionesa opera con 12 agentes en plantilla, 9 operativos en la calle. Una cifra “muy corta”, a su entender para atender la demanda de la localidad. “Por el número de horas extras que se hacen, por las necesidades del servicio y con las vacantes que hay se tendría que duplicar la plantilla”, asegura. “Si yo voy a urgencias y me atiende un médico que lleva 24 horas trabajando, no me podrá dar el mismo servicio que si está descansado, ¿verdad?”, reflexiona. Por eso se marcha con cierto sabor agridulce. “Me hubiese gustado dejar las cosas de otra manera en la Policía, pero yo no gobierno. Presentaba informes todos los años incidiendo en lo mismo, pero yo soy técnico, no dirigente político”, deja claro. Eso no quiere decir que no haya convivido cordialmente con los diferentes gobiernos municipales que han pasado por el Ayuntamiento a lo largo de este cuarto de siglo. “Me quedo con haber hecho mi trabajo con el mayor respeto y discreción posible y sin juzgar las decisiones políticas. Creo que así debe ser en democracia”, explica.

"Por las necesidades del servicio y las extras que se hacen, se tendría que duplicar la plantilla", afirma

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Esas dificultades, “que se han visibilizado en la pandemia”, no empañan el balance positivo de su trayectoria. Entró en la Policía Local viguesa a principios de los ochenta, con la delincuencia asociada a la heroína disparada. “Vigo era una ciudad moderna y apostó por montar una unidad de respuesta inmediata a través del teléfono 092. Y logró bajar el índice de delitos. El entonces alcalde, Manoel Soto, demostró ser un hombre adelantado a su tiempo. Vigo le debe mucho”, incide.

Fue por aquel entonces cuando Pedro Alonso logró sus primeros reconocimientos, menciones honoríficas del Estado, por detener a un atracador de un banco con rehenes en la calle Venezuela, por rescatar a una mujer de un incendio en un piso en la calle Canceleiro y por el trabajo realizado en el conflicto de la empacadora de Guixar.

"Me hubiese gustado dejar las cosas de otra manera en la Policía, pero yo soy un técico, no un dirigente político"

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En Baiona le llegó el mayor de los galardones. El Consejo de Ministros le concedió la medalla al Mérito Policial en 2007. Un premio que considera “colectivo” de toda la Policía Local baionesa. Y es que su mayor satisfacción a lo largo de estos años ha sido “el trabajo en equipo” y la colaboración de sus compañeros para “situarnos como referente de toda Galicia”. “Hemos sido pioneros en operativos como los de la Arribada, la Vig-Bay, los primeros en política de seguridad ambiental con las patrullas en bicicleta”.

Eso ha sido “lo mejor” de su carrera, junto con la satisfacción de sentirse “parte de la gran familia que es Baiona”. “Lo peor”, las situaciones dramáticas alrededor de los suicidios, la impotencia en la crisis del “Prestige” o en los incendios de 2017.

"Hemos sido pioneros en seguridad ambiental con las patrullas en bicicleta"

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Campeón del mundo de judo

Ahora le toca disfrutar de sus innumerables aficiones, todas relacionadas con la naturaleza y el deporte. Sobre todo de una, el judo. Ha sido campeón del mundo en las competiciones de policías y bomberos, en los campeonatos internacionales de veteranos, dos veces subcampeón del mundo, campeón de Europa a modo individual y por selecciones. Su lista de éxitos en el tatami es larga y, tras el parón de la pandemia, se mantiene en forma para retomar los torneos “en cuanto sea posible”.

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