El mercado municipal de Gondomar funcionará por fin con todo en regla antes de que finalice el año. Será después de 57 años de actividad al margen de la legalidad, los 4 últimos envueltos en pleitos. El gobierno municipal prevé culminar la adjudicación oficial de los puestos de venta en cuanto acabe la primera fase de la reforma del edificio que el prestigioso arquitecto José Bar Boo diseñó en los primeros años 60 del pasado siglo. Así lo confirmó ayer el alcalde, Paco Ferreira, tras exigirle el grupo municipal Manifesto Miñor, a través de una moción que se debatirá en el próximo pleno, la adjudicación inmediata de los locales que él mismo firmó hace 7 meses.
Los placeros continúan ejerciendo su actividad en precario. Pese a tratarse de locales de titularidad pública, el Concello nunca los sacó a concurso público como marca la ley para garantizar la igualdad de oportunidades, sino que, a lo largo de los años, autorizó su uso de forma directa a través de una especie de alquiler. Fue en el anterior mandato, con el bipartito PSOE-Manifesto Miñor en el gobierno, cuando el edil nacionalista Xosé Antón Araúxo promovió la licitación pública para acabar con medio siglo de irregularidades. El alcalde socialista paralizó el proceso iniciado por su socio y decidió adjudicar de forma directa los locales a los vendedores que los utilizaban de facto, como le habían reclamado por temor a perder los espacios donde habían trabajado durante años.
El mercado se inauguró en 1964 y los locales nunca se habían sacado a concurso hasta 2017
Dos aspirantes a locales vacíos recurrieron a los tribunales al verse truncada su posibilidad de poner en marcha un negocio y el Juzgado de lo Contencioso Administrativo Número 1 de Vigo les dio la razón. El juez ordenó hasta tres veces al alcalde retomar el concurso público como lo había puesto en marcha su entonces compañero de gobierno, la última en febrero de 2020.
Un año después, el pasado febrero, tras cumplir con la sentencia, el regidor firmó la concesión de los puestos, pero los vendedores todavía no han recibido notificación al respecto. Por eso Manifesto Miñor, ahora en la oposición, exige a Ferreira la formalización porque “os praceiros están na máis absoluta precariedade contractual, ao albur de calquera decisión arbitraria que o goberno municipal leve adiante para presionalos, sen capacidade de resposta legal, é dicir, viven nunha situación de chantaxe permanente”, explica su portavoz, Antonio Araúxo.
Reforma integral
El alcalde asegura que lo hará en cuanto finalicen las obras que están en marcha, “en cuestión de un mes”. Los trabajos corresponden a la primera fase de la remodelación del edificio que el Concello lleva a cabo 121.000 euros para modernizar el espacio y recuperar la estructura original de Bar Boo, con las bancadas de pescado originales y con una cubierta diáfana que aportará luz natural. Las obras afectan ahora a una cuarta parte del inmueble. y el gobierno espera completar el proyecto en los próximos años con una inversión que rondará el medio millón de euros, según los cálculos de Ferreira. Para ello ha encargado un proyecto al arquitecto local Antonio Soliño.
Tras la primera fase en marcha por 121.000 euros, el Concello prevé completar la reforma con una inversión de medio millón
Los trabajos actuales han obligado a reubicar a 4 placeros. En cuanto puedan volver a sus puestos, será el momento de hacer efectivas las adjudicaciones, señala el alcalde. “Retrasamos las concesiones para facilitar la reordenación de los puestos, para que no tuvieran que moverse a causa de las obras recién instalados”, argumenta.
