La quinta ola deja las peores cifras de evolución de contagios en dieciséis meses de pandemia en el Val Miñor. En solo una semana, exactamente desde que arrancó la temporada alta el 15 de julio, la comarca más turística del área registra su mayor repunte y se sitúa por encima de la media de los 26 municipios del entorno de Vigo, de 308 positivos por 100.000 habitantes, un balance de riesgo extremo de transmisión, según los baremos de las autoridades sanitarias.
Gondomar registra 67 nuevos casos en 7 días, Nigrán 59 y Baiona 45
Gondomar se lleva la palma con una incidencia de 546 positivos por 100.000 habitantes a 14 días, 469 a 7 días y 67 nuevos casos desde el día 12. La evolución también es “muy preocupante” en Baiona, sobre todo por la llegada de visitantes en esta época del año. Son 45 los contagiados en la última semana y la incidencia se eleva a 371 por 100.000 habitantes en siete días, mayor que la de 363 que llevó a cerrar la hostelería a las puertas de las navidades. La escalada parece más lenta en Nigrán, aunque no menos alarmante, con 59 contagios en la última semana y una incidencia de 334 a 7 días, de 481 a 14 días.
Oleada de cierre de negocios por COVID
Una decena de negocios de hostelería y alimentación han cerrado ya sus puertas en los últimos días, unos por positivos entre el personal y otros por imposibilidad para controlar los aforos. En Baiona, ayer lo habían hecho tres, mientras que en Nigrán otros cinco habían comunicado su cese de actividad temporal a través de las redes y en Gondomar otros dos.
Una situación que no solo enciende las alarmas a nivel sanitario, sino también económico. El principal sector de la comarca, la hostelería, teme nuevas restricciones que arruinen el mes de agosto después de un invierno de cierres intermitentes y pérdidas. “Si nos cierran en agosto nos hacen la pascua”, manifestaba ayer el presidente de la Asociación de Empresarios e Comerciantes de Baiona (Aceba), Marcos Comesaña. El colectivo urge a las administraciones medidas para evitar la clausura de establecimientos. La entidad plantea “o un toque de queda o una ampliación de horario para el ocio nocturno”. “Es necesario sacar a la gente de la calle a altas horas”, destaca.
"Si nos cierran en agosto nos hacen la pascua", sentencia el presidente de Aceba
Y es que los botellones y fiestas privadas centran la atención de las fuerzas de seguridad en Baiona. El alcalde, Carlos Gómez, confirma que los agentes reciben una media de veinte llamadas cada fin de semana por reuniones nocturnas en pisos o casas. Policía y Guardia Civil tiene controladas las aglomeraciones de jóvenes para beber en A Palma, pero es imposible evitar que “se trasladen a otros puntos”, indica. El regidor respalda a los empresarios y reclama también a la Xunta que “no cierre” los bares y restaurantes porque “está demostrado que no son el problema y no se puede estigmatizar al sector en pleno verano”.