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Las boyas de Praia América van al cole

Son los juguetes educativos más deseados en el patio del Carlos Casares, donde se reciclará también una vieja apisonadora municipal como tobogán

Alumnos del CEIP Carlos Casares de Vilariño disfrutan de las boyas en el patio.

Como en un parque de bolas gigante se lo pasan los 187 alumnos del CEIP Carlos Casares de Vilariño, en Nigrán. Pero con la ventaja de que juegan al aire libre y lo hacen de la forma más sostenible y a la vez didáctica. Aprovechan las boyas que durante el verano señalizan la zona de baño en Praia América gracias a la colaboración del Concello y desarrollan toda clase de habilidades mientras ruedan con ellas. El colegio se ha sumado a la revolución del aprendizaje a través del juego que promueve el proyecto educativo Sistema Lupo en toda Galicia y esta es una de sus iniciativas previas a la creación de un bosque escuela en el patio. Antes de integrar una parcela forestal contigua al recinto escolar también instalarán una vieja apisonadora municipal en desuso, que la Anpa recicla para convertirla en tobogán.

Que ningún bañista se alarme. Las boyas permanecerán tan solo un mes en el patio. Después volverán a su función estival habitual en la playa. Mientras no llegue el momento de despedirse de ellas, niños y maestras sacarán partido a sus posibilidades en medio de la arena que el Ayuntamiento ha proporcionado también al centro para garantizar el juego seguro en un pavimento blando. “Son piezas ligeras de gran tamaño que hasta los más pequeños pueden mover para trabajar con la gran escala, rodar, subirse manipularlas, escuchar el sonido de efecto tambor para trabajar en música...”, explica Fermín Blanco, arquitecto y padre del proyecto que nació en la Fundación Lois Seoane de A Coruña de la mano de un grupo de arquitectos que parten del tradicional juego de bloques de construcción y extienden su didáctica de manera transversal a las matemáticas, el dibujo, la física, el arte, la historia, la música y el diseño. De ahí surge la idea de transformar los patios para facilitar el juego cooperativo como instrumento de cohesión social que triunfa ya en diversos colegios de toda la comunidad.

Dos niñas sobre la apisonadora que las familias restauran para el patio.

Una comunidad escolar unida

Fue él quien vio las boyas guardadas en el almacén municipal que se ubica en las inmediaciones del colegio cuando lo visitó para poner en marcha el bosque escuela. Sugirió el traslado de las boyas y el departamento municipal de Vías e Obras hizo el resto.

En el mismo lugar se encontraba la apisonadora destartalada y el proceso fue idéntico. Ahora está desmontada y las familias de la directiva de la Asociación de Nais e Pais la restauran en sus ratos libres. Han retirado el motor para chatarra y lo poco que puedan recaudar con ello servirá para sufragar los gastos de chapa. “Le pondremos unas escaleras para entrar en la cabina y un tobogán”, señala Lorena Comesaña, la presidenta del colectivo de familias. La implicación de todas ellas y de la Administración local es “fundamental”, además de uno de los objetivos del proyecto educativo, apunta Blanco.

El profesorado también se muestra entusiasmado con las boyas, por lo motivadoras que resultan y por los valores que transmiten. “Se trata de reutilizar un espacio y un material de reciclaje para jugar, de convertir algo que no es para jugar en un elemento de juego”, destaca la directora del colegio, Ana Domínguez. Los niños “están encantados”, asegura, y “quieren que todas las zonas del patio sean igual que esta”. El patio está dividido por áreas para cumplir con el protocolo COVID y mantener los grupos burbuja. Evitar que se mezclen entre sí obliga a disfrutar de las boyas por turnos perfectamente ordenados.

Los niños de Nigrán tendrán voz en los proyectos locales

El proyecto educativo del bosque escuela de Vilariño, que se extiende también a la de Camos, es uno de los grandes compromisos del gobierno municipal con ambas comunidades escolares. Modernizar la educación y dar protagonismo a los niños en la gestión municipal es una apuesta del Concello de Nigrán, que trabaja para lograr el sello CAI (Ciudad Amiga de la Infancia) de Unicef. Para implicar a los más pequeños en la construcción de un municipio más amable para todos, el Concello ha distribuido una encuesta por todos los colegios “que nos ayudará a realizar un diagnóstico de la situación de la infancia en Nigrán y a definir nuestros retos”, explica la concejala de Educación, Marina Vidal.Lo que se pretend es conocer si son suficientes las instalaciones deportivas, o las actividades organizadas para ellos, entre otras cuestiones. Paralelamente, el equipo de gobierno prepara la regulación del futuro Consello Municipal da Infancia e da Adolescencia, un órgano de participación que integrarán una veintena de menores y que arrancará en junio. Formularán sugerencias y se les consultarán los proyectos municipales, según señala la edil.

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