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La enésima prórroga del cierre fronterizo aboca a la “ruina” a los municipios de la Raia

La GNR no permitió a la comitiva portuguesa juntarse con la gallega. | // M. G. BREA Carlos Ponce

El anuncio de una nueva prórroga de quince días en el cierre fronterizo acordado por los Gobiernos de Madrid y Portugal ha caído como un jarro de agua fría en los municipios de la Raia. La apertura estaba prevista para ayer, 16 de abril, pero una vez más se ha vuelto a retrasar. La Agrupación Europea de Cooperación Territorial do Río Miño (AECT Río Miño), que representa a estos concellos, ha puesto el grito en el cielo. “Ahora que se está abriendo la economía y las restricciones por todos lados, esta nueva prórroga del cierre de la frontera con Portugal es una auténtica tomadura de pelo y una ruina económica para el territorio del Río Miño”, afirmó ayer contundente el vicedirector de la AECT, Uxío Benítez. El también concejal del gobierno local de Tomiño destacó que la valoración de la decisión de los ejecutivos portugueses y español “es totalmente negativa”. “Estamos viendo que el mal ya está hecho. Pasan los días prórroga tras prórroga y lo único que hacen los estados es incrementar el daño que ya crearon. Es una ruina económica provocada por decisiones políticas”, lamenta.

Por ello desde la AECT Río Miño se intensificarán en los próximos días las medidas para exigir que haya compensaciones económicas a los municipios de la Raia con partidas específicas en los fondos europeos que fueron creados para paliar los efectos de la pandemia, ya que hay estudios que demuestran que hubo un impacto doble creado en las fronteras: por un lado el meramente generado por el COVID y por otro, a mayores, por estar en territorio fronterizo.

“Lo que se está haciendo es quitar la mitad de la clientela a toda empresa y negocio que vive en el territorio fronterizo. Además de los problemas que se generan a los trabajadores para cruzar de un lado a otro, no hay que olvidar los comercios y las empresas a los que los estados llevan desde enero quitándole el 50% de sus clientes”, insistió Uxío Benítez.

Los municipios de orillas del Miño ponen sobre la mesa “la incoherencia y sinrazón” de tener estos momentos los pasos entre España y Portugal cerrados por motivos sanitarios cuando en los controles que se realizan lo único que se comprueba son la identificación y las autorizaciones administrativas (de tener motivos laborales o de fuerza mayor) como antes de habilitar en 1995 el espacio Schengen y no un control sanitario real exigiendo PCR negativa como sucede por ejemplo en la frontera con Francia.

El vicedirector de la AECT reitera que la ciudadanía y las personas trabajadoras de los municipios de la Raia están “al límite” tanto por cuestiones económicas como sociales y anímicas. Y es que a las pérdidas económicas, recordó, se añaden los rodeos kilométricos que hay que hacer obligatoriamente ya que solo permanece habilitado el paso de Tui las 24 horas y también las dificultades de conciliación de las familias que implica perder tiempo en la carretera. No hay que olvidar tampoco las dificultades que están teniendo los padres para llevar a sus hijos a las escuelas infantiles del otro lado de la Raia en los que están matriculados. Por motivos de conciliación, tal y como informó FARO esta semana, muchos padres de Tomiño o A Guarda que tienen a sus hijos escolarizados en Portugal no los pueden llevar a clase.

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