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Vertidos constantes a orilla del Río da Cal amenazan la calidad del agua de O Rosal

Residuos de todo tipo junto al Río da Cal

Los problemas de vertidos contaminantes en los montes siguen siendo un problema en pleno año 2021 pese a las constantes campañas de prevención medioambiental realizadas desde todos los ámbitos. Una de las más castigadas en el Baixo Miño es la Mancomunidad de Santa Mariña de O Rosal, que ve como prácticamente cada mes hay un vertido importante en sus tierras. El problema, además, es que los residuos se dejan a escasos metros del Río da Cal, en la zona conocida como Borralladas, y de un agua que acaba en consumo de los vecinos de O Rosal. El último vertido importante se compone de restos de una casa antigua que previsiblemente fue derribada: ladrillos blancos, uralitas, paredes completas, rellenos de cal, pinturas…

Denuncia al Seprona

La Mancomunidad ya ha puesto la denuncia pertinente ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que ya está investigando lo sucedido. Según afirma el presidente de la entidad comunal, Feliciano Milla, todo apunta a que un vehículo con remolque se desplazó directamente al lugar para vaciar todos los residuos, y los arrastraron con un rastrillo a la orilla del Río da Cal.

Uno de los últimos vertidos junto al Río da Cal

Uno de los últimos vertidos junto al Río da Cal

El problema es que no es algo puntual. Prácticamente todos los meses los comuneros de la zona encuentran residuos contaminantes dejados a escasos metros del río y del pozo que suministra a varias traídas y cuya agua acaba en las casas. No solo son restos de construcción, incluso es habitual encontrarse con despojos de animales muertos, especialmente de cerdos. “Si esos vertidos se filtran y llegan al depósito pueden causar una auténtica alarma sanitaria”, explica Feliciano Milla. También restos de vehículos, especialmente neumáticos, y productos químicos, son habituales en estos montes de O Rosal.

"Falta de escrúpulos"

Desde que la Mancomunidad de Santa Mariña señalizó la zona, expresando que estaba prohibido dejar residuos en el monte, los vertidos disminuyeron, pero siguen llegando. Y aunque hay vertidos grandes, como ese último, también los hay pequeños que se van dejando en diferentes puntos del monte y que siguen siendo igual de contaminantes. “Estos actos suponen una total falta de escrúpulos. Podrían estar jugando con la salud de la gente. Aquí hay trece comunidades de aguas y la preocupación es importante”, explica Feliciano Milla.

Los comuneros lamentan la falta de concienciación de los responsables de los vertidos contaminantes, al considerar que no son solo “incívicos”, sino que pueden llegar a poner en riesgo la salud de la gente. La Mancomunidad de Montes de Santa Mariña además se tiene que hacer cargo de recoger todos los despojos que dejan en sus terrenos en cuanto reciben el aviso de que hay un vertido, con el coste que eso además supone para sus arcas.

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