El profesor de música Manuel Cebrián ofrece una clase virtual a un alumno de violín desde su casa. | // JOSE LORES

Otro mes sin ejercitar cuerpo y mente era demasiado para los más de 300 nigraneses que participan en las actividades deportivas municipales y en las clases de música del auditorio. El cierre perimetral de Vigo y su entorno les refrescó la pesadilla del confinamiento. El Concello de Nigrán endureció las restricciones para minimizar el riesgo de contagio y cerró el pasado 6 de octubre el pabellón de deportes de Panxón y las escuelas municipales de música, cerámica y pintura. Los alumnos de gimnasia, zumba, aeróbic, step, taekwondo y pilates querían mantenerse en forma y solicitaron clases en “streaming”. El Concello instaló ayer el equipo en el pabellón para hacerlo posible y la monitora Tania Martíns y seis de sus pupilas estrenaron el sistema en una prueba piloto.

Son en torno a 250 personas las que acudían a diario al pabellón para asistir a las clases que ofrece el Ayuntamiento a través del centro de entrenamiento personal Bambú. Martíns es la responsable de la empresa local e impartía sesiones junto con otros cinco monitores entre las 9.30 y las 22.30 de lunes a viernes, horarios que se mantienen en la versión virtual. “Teníamos más de 400 alumnos antes de la pandemia y volvimos tras la desescalada con algo más de la mitad, en grupos pequeños. Antes del Covid había 25 personas en cada clase. En octubre, empezamos el curso con 10 y tras las últimas restricciones quedamos con 5 por sesión”, explica. “Durante la cuarentena dimos clases por Facebook y ahora, al quedar cerrado el pabellón, mucha gente dio por hecho que seguiríamos, así que preguntaban a todas horas. Hablamos con el gobierno municipal y coordinamos el ‘streaming”, relata la monitora de actividades dirigidas y entrenadora personal.

El Concello compró dos cámaras web de alta calidad por importe de 500 euros con sus respectivos trípodes y las instaló en una de las salas del polideportivo. El objetivo es que el sistema quede establecido ya para todos los posibles períodos en los que se decreten restricciones sanitarias que impidan desarrollar las actividades de forma presencial.

Hace ya una semana que la actividad de música que habitualmente se imparte en el auditorio municipal se ha pasado al modo “online”. El profesor, Manuel Cebrián, ha cambiado el salón de actos por su casa y ofrece las clases de violín y guitarra a sus 58 alumnos, de todas las edades, de manera telemática. Lo hace de dos formas. Las de violín son individuales y se comunica con los alumnos por videollamada. Las de guitarra se desarrollaban de manera presencial en grupos de una media de tres personas y ahora las organiza a través de Youtube. “Cuelgo los tutoriales y ellos preparan las piezas y me envían un vídeo de vuelta por Whatsapp. Luego les contesto con las correcciones”, explica.

La fórmula sirve para salir del paso, pero no por mucho tiempo. “Es un parche para una situación transitoria pero no puede extenderse mucho más de un mes”, apunta el profesor. El sonido de los instrumentos “no es igual en vídeo que en directo”.Además “hay alumnos que no se conectan con la misma frecuencia. Pierden el interés porque no tienen la rutina de ir a clase”, advierte.