Discurre por una parroquia rural y apenas mide 5 metros de ancho, pero la carretera de Borreiros funciona prácticamente como un vial urbano, aunque sin espacio para los peatones. Es la principal vía de escape hacia Baiona para lso conductores que quieren evitar las caravanas de verano en el nudo de A Ramallosa. El resto del año absorbe cada vez más tráfico al servir de acceso a servicios como la escuela infantil San José. Los vecinos se movilizan contra la inseguridad vial en la zona y exigen aceras para caminar sin jugarse el tipo. Han recogido ya cerca de 700 firmas e incluso lograron a principios de año el compromiso del gobierno municipal de elaborar un proyecto, pero los desespera "la lentitud" en las gestiones, por lo que no descartan organizar pronto protestas "en horas punta", según manifiesta Miguel García, su portavoz.

Se trata de un tramo estrecho de 1,8 kilómetros, desde el cruce de O Telleiro hasta el puente románico de A Ramallosa que, según explican los afectados, "recibe los coches que huyen de los atascos, los que traen y llevan a 300 niños a la guardería de las monjas, los de la feria de Sabarís, los autobuses escolares de colegios e institutos y, dentro de poco, los que vengan por el centro de día que pronto abrirán las religiosas", argumentan.

Están a menos de dos kilómetros de zonas urbanas para realizar sus recados diarios, como A Ramallosa o Sabarís, "pero no se puede ir caminando porque es peligrosísimo", denuncian. El último accidente se produjo la tarde de este mismo miércoles.en el lugar de Castro. Un ciclista de 14 años vecino de Nigrán fue trasladado al hospital en ambulancia con contusiones de carácter leve tras una colisión contra un coche en un cruce con escasa visibilidad, según confimó la Policía Local de Gondomar. "¿Van a esperar a que ocurra una desgracia?", se pregunta Miguel García.

Las reivindicaciones no son nuevas. "Llevamos años con esto", recalca el portavoz vecinal. En la campaña de las municipales, en mayo del año pasado, "todos los partidos se comprometieron a construir las aceras", recuerda. Tras las elecciones, los vecinos continuaron con sus movilizaciones y presentaron las 700 firmas en septiembre en el Concello. En enero, señala García, nos reunimos con el alcalde, Francisco Ferreira, que también prometió un anteproyecto.

Estudio de retranqueos

De hecho, el regidor aseguró ayer que el estudio de viabilidad está en marcha, a cargo del arquitecto Pedro Souto, que ya ha mantenido algún encuentro con los afectados. "Queremos trazar una posible senda peatonal y hay que determinar los retranqueos necesarios y las afecciones a terrenos particulares, además de acondicionar las cunetas para el correcto desagüe de pluviales, pasos de cebra y sistemas de reducción de la velocidad", indicó. Afirmó incluso que "un grupo de vecinos se mostraron voluntarios para ir casa por casa y propiedad por propiedad para conseguir las cesiones".

Pero la pandemia lo paralizó todo en marzo. Seis meses después, y con la vuelta al cole encima, los vecinos consideran que "ya es hora de retomar el asunto y que desde el Ayuntamiento nos den respuestas". En este sentido, el alcalde subraya que este mismo mes volverán a convocarse reuniones para poner el asunto de nuevo sobre la mesa.

Eso sí, las obras no llegarán tan rápido como esperan los afectados. Ferreira advierte de que "todo está supeditado a la búsqueda de subvención y financiación".