El fin del estado de alarma acababa ayer con las restricciones a la movilidad en toda España pero el turismo se hará esperar en la comarca miñorana. Baiona y Nigrán afrontan la primera semana del verano con menos de la mitad de los pisos turísticos alquilados para julio y con tan solo un 10% de las habitaciones reservadas el próximo mes. La crisis económica y el miedo generados por la pandemia dejan al turismo de la zona bajo mínimos de entrada, aunque con optimismo de cara al mes de agosto. Esta semana será clave, auguran los empresarios del sector, que esperan recibir el grueso de llamadas demandando un sitio en el que quedarse en vacaciones.

Las inmobiliarias notan desde hace semanas que julio será "mucho más flojo" que en los últimos años pero para el mes siguiente esperan a los clientes "de siempre". "Nosotros tenemos una ocupación del 25% en julio y para agosto ya hemos contratado todo", comenta Candela Cabello, de la agencia Tierra Mayor en Baiona, quien constata que los precios se mantienen por el momento respecto a años anteriores. "Un piso de tres habitaciones en el centro baionés cuesta 2.200 en julio y 2.900 en agosto", cifra a modo de promedio.

Las circunstancias sanitarias y el miedo han retrasado, consideran los agentes consultados, las decisiones sobre las vacaciones. A estas alturas del año pasado, ya tenían inquilinos para prácticamente todos sus pisos y casas. En la inmobiliaria Playa América esperan que las operaciones "se animen" esta semana. Su gerente, Daniel Vicente, apunta que "para julio se han alquilado menos del 40% de los pisos, pero en agosto ya tenemos el 100% tanto en Nigrán como en Panxón". En su caso, se ha encontrado con que el miedo no solo frena a los visitantes sino también a los arrendadores. "El 20% de mis clientes ha decidido cerrar los pisos este año. Prefieren perder los 4.500 o 5.000 euros del verano y quedarse tranquilos", apunta. Tampoco ha contratado ni la mitad de su oferta la agencia González Besada, en A Ramallosa, "pero en agosto ya vamos por el 70/80%", asegura su director, Jesús González Besada.

Todos detectan un mayor interés por las casas, "mejor con piscina", que casi siempre se queda en pregunta, ya que este tipo de propiedades alcanzan los 6.000 euros mensuales durante verano en el Val Miñor, calculan.

Los hoteles también se encuentran a la espera de que suene el teléfono o entren reservas por correo electrónico. El Bahía de Baiona confirmaba ayer un 25% de ocupación reservada para julio y un 35% en agosto. No obstante, el establecimiento constata que "la gente está llamando sobre todo para agosto y desde hoy [por ayer], que ya se puede viajar entre comunidades, se ha notado más interés". En Praia América, los números son parecidos. Darío Álvarez, del Hotel Miramar, todavía cerrado hasta la próxima semana, contabilizaba un 10% de habitaciones contratadas para el próximo mes y un 15% para el siguiente, convencido de que esta semana será crucial para las reservas. "Hay demanda, la gente está preguntando, tenemos una serie de clientes fijos y en agosto llenaremos, al menos la primera quincena", dice.

El que mantiene mayor ocupación por el momento es el parador. Mientras el personal ultima los detalles para reabrir este jueves después de tres meses, el director, Francisco Plaza, vaticina una ocupación del 90% en julio y del 95% en agosto porque "Galicia nunca ha sido una zona masificada y porque fue de las menos afectadas por la pandemia".